Cualquier persona que cometa un acto de pedofilia, incluyendo sacerdotes, inmediatamente debe ser puesta en manos de la autoridad y la pena que se les imponga “tiene que ser un acto de disuasión” para que quien quisiera cometer un delito como éste lo piense antes de actuar.
Manifestó lo anterior el vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego Rivera, en relación a la carta emitida recientemente por el papa Francisco en la cual pide perdón por todos los delitos de abuso sexual cometidos por parte de varios sacerdotes en los últimos 70 años en Pensilvania, y reconoció que la iglesia no supo actuar en su momento como debía para evitar que tantos niños fueran agredidos.
“El papa Francisco ha hecho una lucha denodada y seria, y de igual forma la iglesia en general, para eliminar cualquier delito de pedofilia, esos casos no son recientes, son antiguos, muchos de los presuntos acosadores o abusadores ya murieron, pero de cualquier manera si un sacerdote comete este delito, merece ir a la cárcel y merece todo lo que un delincuente o criminal tiene derecho a que le haga la sociedad”, comentó.
Señaló que estos casos tan dolorosos han afectado fuertemente a la iglesia e incluso expresó que “uno como sacerdote los escucha con mucha pena y con mucho dolor”, sin embargo aseguró que la misma iglesia católica reprueba cualquier acto de ésta índole y expresó que quienes resulten culpables merecen ser castigados conforme a lo que marca la ley.
“Me preguntan por qué estos sacerdotes lo hicieron, yo digo por el misterio del pecado, pero si un sacerdote comete un pecado de estos, que no espere de la iglesia ningún tipo de encubrimiento ni de protección; esto nos ha hecho mucho daño como para que puedan esperar que la iglesia los siga protegiendo”, apuntó.
Finalmente, indicó que la Conferencia del Episcopado Norteamericano notificó que también llevará a cabo su propia investigación a fin de esclarecer los hechos, ante esto Priego Rivera dijo que esperan que ellos den un informe detallado sobre lo ocurrido en estos 70 años en la diócesis de Pensilvania y que “esto conduzca a nuevas luces, porque hay ocasiones en que se han presentado casos que son falsos”.