En el Ejército, “no podemos tener una religión, porque somos nosotros, o ellos, vamos a eso y a eso le vamos a entrar, así es y a mí me gusta, y yo de grande voy a ser soldado”.
Así lo dice con firmeza en sus palabras, el niño Cruz Alberto Caballero Loyde, de tan solo 11 años, quien consciente de los riesgos que actualmente representa ser militar, su más grande anhelo es formar parte de las Fuerzas Armadas.
Vecino de la popular colonia el Terremoto, en Soledad de Graciano Sánchez, a donde difícilmente llegan los servicios básicos a las miles de familias que componen uno de los polígonos con más carencias y hasta donde elementos del 40 Batallón de Infantería llevaron sus acciones de labor social, desde su arribo fueron abordados por Cruz Alberto quien les pidió permiso para portar una chaqueta y una gorra militar y “aunque sea por mientras”, hacer su sueño realidad de portar el uniforme camuflajeado, seguro de que un día tendrá su propia vestimenta militar.
De manera activa, Cruz Alberto y su amigo Joel González Chavez de 10 años de edad, participaron en todas las actividades que el personal del Ejército llevó a cabo dentro del programa de acción social en El Terremoto, que en conjunto con las colonias Santo Tomás 1 y 2, conformas tres de las colonias más populares y carentes de Soledad con alrededor de 7 mil habitantes.
LA AVENTURA
Emocionados y portando uno la camisola y gorra militares, y el otro un chaleco antibalas y casco, los amigos y compañeros de estudio y travesuras, siguieron cual sombra, cada paso del oficial al mando, el Capitán Segundo de Infantería Geovanni Rosales Rosales, mientras giraba instrucciones a sus subordinados y coordinaba las acciones.
Emocionados por tener de cerca la oportunidad de tocar unidades, equipo, armas y uniformes, los menores no escatimaron en subirse a los vehículos, ya que uno de sus mayores deseos es viajar como soldado en las unidades Humvee, en las Cheyenne, en los Sand-Cat patrullando para la comunidad, y porque no, en un tráiler portando el traje, el chaleco con más de cuatro kilos de peso, las armas, el calzado, las unidades, los tráiler, “yo quisiera andar en una de estas (Sand-Cat) o en un tráiler”, cuenta Cruz Alberto.
Estar cerca de las unidades caninas presentes en las actividades, fueron momentos especiales para ellos, conocieron los aditamentos caninos y más detalles de la alimentación, cuidado y adiestramiento de los animales, más emocionante fue, tocar las armas y tomarse la foto con la vestimenta militar.
Los menores, fueron mudos y sorprendidos testigos de la plática de orientación sobre el cepillado dental que realizó la Subteniente Cirujano Dentista Mercedes Núñez, quien dijo que a través del equipo multidisciplinario de la SEDENA se brinda apoyo en temas de salud a población de zonas vulnerables, básicamente en materia de prevención en las nuevas generaciones. Destacó que las actividades de labor social fortalecen la confianza de la población en el Ejército, “que busca estar cerca de la sociedad”.
Pendientes de las entrevistas al personal castrense para conocer más de sus actividades, los menores escucharon las palabras del Capitán Rosales, quien dijo que las visitas de labor social además del apoyo que se otorga en diversos aspectos, da tranquilidad a los pobladores de las colonias que se visitan.
COORDINACIÓN
En las actividades de labor social, participan alrededor de 30 elementos y cinco unidades para que los niños y adolescentes conozcan los vehículos, la actividad se realiza en coordinación con los ayuntamientos de los municipios que lo solicitan, y al mes se realizan de tres a cuatro actividades de labor social, que coadyuvan en la percepción de la sociedad sobre el personal militar y sus funciones.
El Capitán Rosales destacó que las actividades de labor social que contemplan reparación de electrodomésticos, cortes de pelo, reforestación y limpieza de espacios públicos, atención medica, servicios dentales, pintura, y exhibición de vehículos y del adiestramiento de las unidades caninas entre otras actividades, pueden llevarse a cualquier municipio e institución educativa a petición de parte, es decir de los alcaldes o directivos de las escuelas.
LA DESPEDIDA
Al finalizar el recorrido, ambos niños acompañados de otros menores, se acercaron a los elementos para agradecer la visita y sobre todo, la oportunidad de subirse a las unidades y portar parte del equipo, lo que fortaleció en su interior el deseo de un día formar parte del Ejército.
Como despedida, les desearon buena suerte, “que le echen ganas, que no se desanimen, que sigan cuidando a la gente, y animando a más niños a ser militares, y sintiéndose ya parte del Ejército", Cruz Alberto invitó a las niños que quieran ser soldados, a “que se acerquen a nosotros, para darles informes".
Consideraron mal el que algunas personas critiquen al Ejército y a los policías, “sus héroes”, y los tachen de malos o les digan cosas, “eso no va porque ellos están cuidando a la comunidad, eso esta my mal, que los critiquen”.