Las puertas del templo del Carmen se abrieron, lentas pero exactas, cuando el reloj dio las 20 horas de la noche más triste, puntuales a la cita esperaban el momento los fieles, potosinas y potosinos, visitantes, turistas, niños y adultos mayores, quienes desde ese momento guardaron absoluto silencio.
La conmemoración que este 2019 celebra 66 años vio nuevamente la tradición castiza de la marcha de hombres encapuchados que así desfilan para expresar su dolor justo el día de la muerte de Jesucristo.
La ciudad de San Luis Potosí se vistió de morado y oro, nuestra capital es sede del evento más representativo de la fe católica en el estado, en México y el mundo. El silencio se rompe en momentos tan solo por las trompetas, es la veneración a Nuestra Señora de la Soledad, que en su representación lleva un manto de estilo sevillano.
Es un Vía Crucis viviente en el que se representa la Pasión y Muerte de Cristo, en San Luis Potosí se realiza desde 1954 y en 2013 fue declarada Patrimonio Cultural del Estado de San Luis Potosí, hoy hay gestiones para lograr que sea Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En México se representan las 14 estaciones del Viacrucis y los cinco Misterios Dolorosos del Santo Rosario, incluye el Pésame a Nuestra Señora de la Soledad, también llamada Virgen Dolorosa o Nuestra Señora de los Dolores, lo que no representa ninguna otra, ni en España, además de mantener consolidado su mestizaje español y potosino, con atuendos autóctonos.
La magna representación es organizada por Tradiciones Potosinas A.C. y en San Luis Potosí es la celebración más importante de la Semana Santa, emblema de esta ciudad. La procesión tiene lugar alrededor de iglesias y edificios de la época virreinal. Iluminada con cirios, que le dan a las calles un ambiente de amargura por el Cristo que muere.
Los miembros de las diferentes hermandades se identifican con los colores de sus túnicas, que caracterizan a su respectiva parroquia, distinguiéndose de una cofradía o hermandad a otra, por diversas características.
Los Cofrades más notables son los Nazarenos, que van ataviados con capirote, antifaz y capa, entre ellos también existen diferencias, algunos van descalzos haciendo así más dura su penitencia, otros portan cruces.
Algunas de las imágenes se han hecho por escultores locales y otras son importadas de España.
La primera Procesión del Silencio fue instituida por las Carmelitas en Ciudad de México. Sin embargo, esta procesión particular fue oficialmente establecida en 1955 por Monseñor Joaquín Antonio Peñalosa Santillán, con apoyo de una muy nutrida comunidad de criollos y descendientes de españoles históricamente asentados en la localidad.
CAMBIOS… QUE NO LO SON
La Procesión del Silencio en San Luis Potosí, nuestra procesión, contiene la influencia de las procesiones de Semana Santa de Sevilla, de la cual surgió y hoy se afirma que es la segunda más importante del mundo.
Un evento que tiene sus orígenes en tradiciones establecidas desde los tiempos de la Nueva España con tales características y de la importancia que hoy reviste en muchos sentidos, contrastan en 2019 con la petición del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien solicitó que Felipe VI y el Papa pidieran perdón por los abusos cometidos por los conquistadores europeos hace 500 años.
España y la iglesia católica, orígenes de la Procesión del Silencio, dijo el mandatario, deben hacer un relato de agravios y que se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como Derechos Humanos.
La llamada conquista se hizo con la espada y con la cruz, se edificaron las iglesias arriba de los templos, se excomulgó a nuestros héroes patrios, es el tiempo de decir vamos a reconciliarnos, pero primero pidamos perdón.
Este viernes, la reconciliación, el mestizaje, la tradición, el dolor y el luto, unieron más que misivas ociosas o peticiones a destiempo,
La Procesión del Silencio en San Luis Potosí trasciende, y demuestra que en 2019, está más vigente que nunca.
También lee: