Con acarreo, mariachi, pancartas, tambora, registro de asistencia, batucada, cientos de cartulinas fluorescentes, sonido, y un gran escenario montado en el Pabellón 4 de la Feria Nacional Potosina (Fenapo), en el que se tenía capacidad masiva para cinco mil personas, y se tuvo un lleno total, este miércoles Claudia Sheinbaum Pardo visitó San Luis Potosí, en su calidad de "corcholata", para encabezar la Asamblea Informativa "Proceso de Definición de la Coordinación de Defensa de la Transformación".
A través de todo tipo de vehículos, entre camionetas tipo urban de transporte de personal, autobuses de transporte foráneo y local con número económico de servicio público, y algunos autos particulares, miles de personas, de todas las edades, arribaron a la sede de la Feria Nacional Potosina para el evento.
En la entrada del lugar, gente de Morena, identificada por las camisetas y playeras color guinda y con el logo del Movimiento de Regeneración Nacional, con altavoz indicaba a las personas que llegaban a que pasaran a las mesas de registro, donde se les solicitaba nombre, teléfono de contacto y municipio de origen, para registrarse como "simpatizante".
Previo a la llegada de la ex jefa de gobierno, el maestro de ceremonias se encargaba -entre rola y rola- de encender el ambiente para la triunfal llegada, que finalmente se dio a las cuatro de la tarde, casi una hora después según la agenda programada.
El "cielito lindo" anunció su llegada al recinto, mientras saludaba con sonrisa plena a quienes le pedían una “selfie". Ya en el templete, representantes de los pueblos indígenas de San Luis Potosí le otorgaron el bastón de mando y le dieron la bienvenida.
Sin sorpresas, su discurso inició, y tuvo como base, no sus logros, sino los del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como un "luchador social". A solo diez minutos de iniciada su perorata, el calor del lugar, la larga espera y seguramente el traslado, la gente se mantenía dispersa, en su celular, atendiendo el fastidio de los menores de edad, y sin contestar a las preguntas de Sheinbaum, como cuando preguntó quién tenía 65 años y más, y recibía su pensión, y apenas una veintena de personas, entre más de cuatro mil, levantaron la mano.
Sin soltar el bastón de mando recién recibido, soltó un discurso de 40 minutos exactos, tiempo en el que pudo verse disminuida la cantidad de gente que se mantuvo en su silla. Como novedad en su mensaje habló de la importancia de la mujer en la política, "hoy México se escribe con "m" de mujer.
El evento concluyó con la arenga que los presidentes dan el 15 de septiembre, cuando la llamada “corcholata” favorita grito tres veces "¡Que viva México!", y remató con un "¡Que viva el presidente Andrés Manuel López Obrador!".