Desempolvaron los viejos trajes, algunos brillosos de tantas visitas a la tintorería, se veían inseguros, desacostumbrados a la muchedumbre, a las cámaras y micrófonos, al abrazo con “pierrotazo” en la espalda y atravesaron el largo camino hasta la entrada al Centro Cultural Bicentenario, donde el alcalde Enrique Galindo los esperaba para la rigurosa “selfie”, minutos antes de arrancar el Primer Informe de Gobierno, del casi primer año de la administración.
Son los viejos políticos, los que ejercieron y disfrutaron el poder, los que casi lo alcanzan y los que estuvieron en la jugada succionando sus mieles. Algunos ya con dificultades para subir y bajar rampas y escaleras, sin aquél séquito de ayudantes y guaruras, sin esa postura altiva y hasta retadora, sin sus camionetas blindadas. Hoy, simples ciudadanos convocados a un evento protocolario del que, en algunos casos, fueron protagonistas en su momento.
Horacio Sánchez Unzueta, que fue poderoso mandatario estatal y después estratega político -hasta que le falló el cálculo en las pasadas elecciones- llegó solo, bajó con dificultad la prolongada rampa y cuando, como abejas a la miel se le dejaron ir encima los periodistas, los rechazó con fastidio y balbuceó que no tenía nada que decir, siguiendo su lento andar.
Desfilaron ex secretarios de pasadas administraciones, hoy incrustados en diversos partidos como Movimiento Ciudadano, PRD, MORENA y otros, bueno, en eso nos quedamos. Joel Ramírez, Marianela Villanueva, Pedro Olvera, el siempre risueño y saludador Fernando Pérez “El Calolo”, Ramón Zamanillo, Mario García, Alejandro Zapata, Mario Leal Campos y muchos, muchos de menor perfil que se hacían chiquitos para que nadie les preguntara “¿y donde andas?” y evitar el “por mi cuenta”.
El empresario y titular de SEDECO Juan Carlos Valladares llegó acompañado de su papá, en una camioneta Porsche Cayenne, protegido por guaruras en motos y dos camionetas. Las reporteras y algunas invitadas le aventaron dos que tres piropos y besitos depositados en la palma de la mano. Bajó como rock star, se puso el saco y se enfiló al recinto. Atrás, en un carrito Ford K, despintado y batallando, llegó Carlos Fernández, el otrora poderoso secretario particular del gobernador Marcelo de los Santos; eso sí, con chofer. La disparidad del poder.
“Don Chelo”, acostumbrado al buen vestir, a la etiqueta, al traje impecable y las corbatas espectaculares, sorprendió a los críticos de moda. Llevaba tenis, eso sí, de marca y caros, para sentirse cómodo a diferencia del diputado federal panista Xavier Azuara que también llevaba tenis, pero con lodo en los lados, percudidos y cintas desgastadas.
El gobernador Ricardo Gallardo hizo acto de presencia y atendió a la prensa que no lo dejó ni cerrar la puerta de la camioneta Tahoe. Ya lo esperaba la presidenta del Congreso Aranzazu Puente y el presidente Enrique Galindo. Últimamente los tres aparecen en diversos eventos y ya hasta se saludan sin muchas ganas.
Entrar al lobby del Centro Cultural, era como acceder a un tianguis turístico. Stands por todos lados con pantallas proyectando la imagen del anfitrión, quien usó la zona para tomarse fotos con los que iban llegando. Los medios de comunicación, radio, televisión y portales de internet, colocaron sus propios sets de transmisión y aquello se asemejaba la cobertura de un mudial de futbol o de unas olimpiadas.
La “sala de prensa” saturada de funcionarios municipales devorando las galletas y el café. Los meseros groseros y sangrones retirando a quienes ocupaban las mesas periqueras –sin sillas- para recargarse o hacer algunos apuntes, con el argumento de que iban a servir los bocados y el vino. El poder que da hacerse cargo de algo, aunque sea de una mesita.
Nunca llegaron el dirigente nacional del PRI “Alito” Moreno, ni su nuevo enemigo político el senador Miguel Angel Osorio y menos su cuate Harfuch. La que si vino fue Carolina Viggiano, secretaria nacional del CEN tricolor, quien por la noche tuvo una reunión con la dirigencia local. También hubo artistas –para no quedarse atrás- como Angélica Aragón y Fernando de la Mora. Bueno, y la conductora Adela Micha que, por cierto, no cobra barato en este tipo de eventos, como debe ser.
Y los dirigentes empresariales, de la llamada Alianza, que ya nada más falta que cobren por rentarse como escenografía en todos los eventos oficiales.
Empezó entonces el “show”, al estilo “estandupero”, con un alcalde Enrique Galindo usando un micrófono manos libres para verse fresco, innovador, sencillo, sin ataduras. Y la lista de logros, de cosas “nunca antes vistas” y promesas, muchas promesas, en el marco del casi primer año de gobierno municipal.