"¡Este cuerpo no se acosa, no se toca, no se viola, no se mata; se respeta!", esta frase retumbó una y otra vez en voz de un contingente de mujeres que exigen el respeto a un derecho básico y primordial: la vida.
Las potosinas respondieron a la convocatoria hecha desde la Ciudad de México para replicar una "brillantada" en el país, y lo hicieron no sólo por solidaridad hacia el género, sino también porque hay familias en San Luis Potosí que viven en carne propia la desaparición, violación o feminicidio de una madre, una amiga, hermana, hija o esposa.
Iban a dar las 6 de la tarde y parecía que el grupo no rebasaría las 20 mujeres reunidas en el kiosco de la Plaza de Armas, se leyó un poema que relata y condena los abusos policíacos, esos que en la Ciudad de México se transformaron en la violación de una menor por parte de cuatro oficiales. En un parpadeo el contigente creció y comenzaron a sonar los tambores de la "Batucada feminista".
Comenzó un recorrido que hizo una primera pausa frente a la Catedral metropolitana, una más frente al Congreso del Estado, otra en el Palacio de Gobierno y se enfilaron hacia un viejo conocido: el Edificio Central de la UASLP, donde el 25 de noviembre de 2018 se plasmaron pintas para condenar el acoso al interior de la máxima casa de estudios potosina.
Esta vez no hubo pintas, y la brillantina rosa repudiada por manchar al Secretario de Seguridad de la Ciudad de México fue sustituida por azúcar y gis rosas.
Al finalizar el recorrido se expusieron casos recientes de violación o agresiones a mujeres, después de la exposición de cada denuncia se hizo escuchar el grito "¡no estás sola, no estás sola!", palabras anheladas por quien ha sido traicionada por una persona en la que confiaba, sea un familiar, su pareja sentimental o una autoridad que se suponía debía protegerla.
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