En vísperas de cumplirse un año del inicio de la crisis hídrica en la zona metropolitana de San Luis Potosí, sus principales embalses siguen literalmente sin agua por falta de lluvia, pero continúan los esfuerzos municipales por no dejar sin agua a los habitantes, sea a través de camiones cisterna, por tandeo o con la operación de nuevos pozos que se han rehabilitado o perforado.
Las presas San José, El Peaje, El Potosino y El Realito –ésta última en territorio guanajuatense- que solían abastecer del vital líquido a por lo menos el 30 por ciento de la población potosina, están fuera de servicio porque no tienen agua por falta de lluvias; El Realito dejó de operar desde tiempo atrás, por fracturas en su cortina y en su acueducto.
El Presidente Municipal de San Luis Potosí, Enrique Francisco Galindo Ceballos, reconoció hace unos días que hay preocupación porque 2024 se pronostica similar a 2023 en cuestión de lluvias, es decir, habrá sequía de nueva cuenta.
Desde mediados del año pasado –cuando se llegó el “Día Cero”, en el que los citados embalses dejaron de abastecer a la población potosina de la capital-, la autoridad municipal desplegó un Plan Emergente de Abasto de Agua que a lo largo de varios meses rehabilitó pozos que aumentaron su caudal, reactivó pozos que estaban fuera de servicio o abandonados, y perforó varios nuevos, con recursos propios y de la federación.
Aunque a finales de diciembre de 2023 se esperaba haber superado el grueso de la crisis hídrica, al lograrse la perforación de más de media docena de pozos nuevos y la rehabilitación de aproximadamente 40 más, este mes de enero hubo un desplome cuando varios sufrieron fallas, principalmente por ventarrones atípicos que afectaron principalmente los sistemas eléctricos, tras la caída de postes o tendido de cables en sus zonas; a la fecha, todavía algunos están fuera de servicio.
Galindo Ceballos ha insistido en que la reacción municipal con el Plan Emergente de Agua que se activó desde el año pasado contuvo la crisis hídrica, y evitó una crisis social entre los potosinos de la capital.
Hasta el momento, tanto el Ayuntamiento capitalino como el organismo operador de agua, Interapas, han informado sobre la inversión de alrededor de 300 millones de pesos, que incluye la perforación y rehabilitación de pozos, así como la reposición de infraestructura hidráulica que ha significado recuperar caudal con la reparación de casi 8 mil fugas, entre otras acciones para paliar la crisis hídrica.
Un círculo vicioso
Luego de que todas y cada una de las fuentes de abastecimiento de agua en la zona metropolitana de San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro tienen algún tipo de falla o problema, aunado a la falta de lluvia, el problema de desabasto del vital líquido se agudiza cada día más.
Según el reporte más reciente de la Comisión Nacional del Agua 91.4 por ciento del territorio potosino padece algún grado de sequía, el documento señala que 32 municipios potosinos enfrentan sequía excepcional -nivel más alto-, mientras que 10 experimentan sequía extrema; seis sequía severa; cinco sequía moderada y cinco se encuentran anormalmente secos.
Desde la autoridad, estatal y municipal, se ha dado a conocer que la situación es crítica; el acuífero del valle de San Luis Potosí y las presas de El Peaje, San José, El Potosino y El Realito no son parte de la solución, ni siquiera todas en su conjunto.
En lo que respecta a la capital potosina, las colonias más afectadas son: Nereo Rodríguez Barragán, toda la zona que se abastece del agua que sale de Los Filtros, especialmente la Himno Nacional y la Colonia Jardín.
Encerrado en un círculo vicioso, el ayuntamiento capitalino desestimó realizar un desazolve a la Presa San José, una de las principales fuentes de agua en su momento, tampoco combatir el lirio acuático, “porque eso implicaría desviar dinero que hoy justamente se ocupa en el suministro de agua para los habitantes”.
Con la presencia de la plaga, aunque lleguen las lluvias, el citado vaso de captación no mantiene las condiciones ideales para almacenar agua, igual que la del Peaje -remediada por Gobierno del Estado- que está lista para recibir el vital líquido, sin embargo ambas mantienen menos de tres por ciento de su capacidad.
Lamentablemente, aunque la temporada de lluvias se presenta en los meses de abril y mayo, desde la Coordinación Estatal de Protección Civil se ha anunciado que 2024 será un año de mucha sequía.
El alcalde, Enrique Galindo Ceballos, ha dado a conocer que el acuífero potosino está vetado, “está limitado desde 1960, no es reciente y ahí sí hay una sobreexplotación, pero pues aquí es donde tenemos que entrar los tres órdenes de gobierno, para determinar de dónde traemos agua, si es el caso yo me puedo comprometer y lo haré, perforar más pozos”.
Todo indica que nuestra entidad continuará padeciendo sequía agrícola, hídrica y principalmente, una intensa sequía social, se ha advertido desde la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, antes de que tuviéramos la crisis de la presa El Realito -que empezó antes de la crisis-, 25 por ciento del agua que consumimos venía de fuentes superficiales, este año no vamos a poder contar con esta agua para el arranque de año hasta que mejore el asunto de las lluvias, coincidieron.