La región Huasteca enfrenta una crisis ecológica alarmante debido a la combinación de depredación y sequía, lo que ha resultado en una disminución significativa de las especies piscícolas en sus ríos y lagunas.
Aunque este tema ha sido ampliamente documentado, es crucial abordarlo desde una perspectiva diferente para comprender su gravedad y buscar soluciones efectivas.
Así lo señaló el representante de la “Cooperativa del Río Pujal Coy”, Reynaldo Sánchez Castro, quien explicó que los depredadores, como el pez diablo y la langosta australiana, han diezmado las especies nativas, incluida la acamaya, que alguna vez fue abundante en estos ecosistemas.
La sobre explotación, dijo el experto productor, y la falta de medidas de conservación han llevado a que la acamaya esté al borde de la extinción, por lo que sostuvo que es imperativo tomar acciones para proteger estas especies vulnerables.
“La sequía extrema que afecta a la región ha exacerbado la situación. Los cuerpos de agua se han reducido, y los cauces naturales en los municipios de Ciudad Valles y Tamasopo han sufrido drásticamente. La falta de agua afecta la reproducción de las especies piscícolas y su hábitat”.
Asimismo señaló que la producción local de mariscos de río se ha visto afectada, pues los corrales y granjas en la región no logran reproducir suficientes peces, lo que obliga a recurrir a la importación de productos de otros estados o incluso de países distantes como China.
“Aunque Tamasopo cuenta con excelentes granjas piscícolas, la alta demanda y la escasa producción han inflado los precios de productos como las mojarras, que ahora cuestan tres veces más de lo normal. Los productores locales enfrentan dificultades económicas y se ven tentados a abandonar el sector”.
Por otro lado, también denunció que la extracción desmedida de arena ha transformado el río Tampaón en un “hilo de agua”. En donde el lodo ha reemplazado lo que antes eran caudales vigorosos, afectando gravemente el ecosistema fluvial.