San Luis Potosí (OEM-Informex).— Durante el año pasado en el Hospital del Niño y la Mujer, nacieron alrededor de 6 mil niños y se cree que en este 2018 habrá un incremento en la natalidad de los potosinos, lo anterior son consideraciones hechas por la directora de ese organismo sanitario, Elisa Vázquez Govea.
Cabe añadir que al mes, nacen 600 bebés, ese es el promedio que se indica y se cree que para este año, la cifra aumente considerablemente en un 20 por ciento; la mayoría de estos casos se presenta en mujeres adolescentes.
Cabe añadir, que de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE, México tiene la tasa de embarazo adolescente más elevado con 77 nacimientos por cada mil mujeres adolescentes. Adicionalmente América Latina es la segunda región con más embarazos adolescentes después de África.
Al percatarse de esta situación en el nosocomio que dirige, están buscando la manera de concientizar a estas madres prematuras sobre la posibilidad de utilizar los diversos métodos anticonceptivos, esto con la intención de no ponerlas en riesgo, ya que recordó que es muy común que mueran en los partos debido a que su cuerpo aún no está en la posibilidad de procrear hijos.
"Damos consejería sobre todo para la planificación familiar, reforzamos la atención de todas estas pacientes adolescentes, tenemos un 95 por ciento de cobertura en planificación post obstétrico".
Llamó a los padres de familia a acercarse a sus hijos e informarles sobre los métodos de planificación familiar, ya que cada vez es más común ver a jóvenes de entre 16, 17 y 18 años en esta circunstancia y lo más grave es que se ponen en peligro de muerte al desconocer que su cuerpo aún no está preparado para la maternidad.
"Estas pacientes tienen más riesgo de morir de ciertas enfermedades sexuales, de preeclampsia, de hemorragias, entre otras".
Es importante añadir que según las evaluaciones de la OCDE, los embarazos en adolescentes han crecido ante todo por la falta de educación sexual y programas sociales de asesoría adecuados. Se agregan aspectos subyacentes como una cultura de desigualdad de género que impide a las mujeres jóvenes terminar sus estudios por asumir tareas domésticas y de crianza en el hogar.