Estamos en un momento en que el conocimiento alrededor de la cultura del vino en San Luis Potosí está creciendo enormemente, aunque México en general todavía se encuentra en pañales en torno a ello. Si bien, la entidad potosina tiene alrededor de 80 años dedicándose a la producción del vino, con marcas muy importantes y de renombre, pero el auge de esta bebida podría decirse que comenzó hace menos de 15 años.
En entrevista exclusiva para El Sol de San Luis, Javier Silva Robles, empresario y director general de Casa Fronda, reconoció que a nuestro estado todavía le falta mucho por desarrollar y aprender respecto al vino, sin embargo, hay indicadores que nos dicen que la cultura va a ser muy importante para la sociedad potosina. Desde la parte del gobierno se está trabajando en una iniciativa de ley para impulsar la producción vitivinícola, además de que San Luis cuenta con clima ideal para cosechar la vid, y lo más importante, hay un mercado interesado en descubrir todo lo que hay alrededor del vino.
Municipios como Villa de Arista, Soledad de Graciano Sánchez y Villa de Reyes son algunas de las zonas que están demostrando tener una gran capacidad para que se dé la cosecha de uva.
“Vemos que en San Luis Potosí hay un interés cada vez más marcado sobre el vino, se están teniendo más vinícolas y más hectáreas de cosecha de uva; la región está dando perfectamente para generar vinos de alta calidad, ya hay varios premios y enólogos muy importantes, y nosotros queremos ser parte de este proceso, conjuntando gente que adora la parte gourmet y lo gastronómico, de disfrutar los olores y sabores, pues creemos que todo eso construye una cultura”, expresó.
Si bien, destacó, hay diversas marcas potosinas que han dejado un antecedente y le han ido abriendo camino a las nuevas generaciones de vinícolas, como es Casa Fronda, un proyecto que surge de la “ambición espiritual” de aprender acerca del vino, bajo un nuevo concepto de “financiación colectiva”, en el que 999 personas son accionistas y contribuyen para construir lo que se visualiza será “la vitivinícola más bonita de México”, por su integración de la naturaleza y el arte, y por ser una productora de vino abierta al encuentro entre las personas.
CASA FRONDA
Aunque el mundo del vino crece a razón de que es el complemento perfecto para la gastronomía, Javier Silva consideró que éste es parte de la naturaleza. Uno de los aspectos poéticos que acompañan a esta bebida es toda la analogía que tiene la vid, el tiempo en que se crea y se produce; “estas son las razones por las que la cultura del vino crece en todo el mundo”.
Es así que nace el concepto de Casa Fronda, un proyecto comenzó a desarrollarse durante la pandemia, con un terreno pequeño y una inversión de 8 millones de pesos para crear una vitivinícola muy básica. No obstante, en un inicio, el Covid-19 no permitió detonar lo que se tenía visualizado, esto provocó una fuga de capital, pues algunos de los accionistas tenían otros proyectos en los que querían invertir o rescatar.
Entonces, dijo Silva Robles, fue que se decidió levantar el capital a través de mucha gente que quisiera poner un poco de dinero para consolidar un proyecto en común, bajo un concepto denominado “crowdfounding” o “financiación colectiva”. No obstante, se dieron cuenta de que los esquemas jurídicos, fiscales y contables en México no tienen la estructura que se necesitaba para elaborarlo, por lo que, con apoyo de abogados y fiscalistas se buscó la manera de integrar los instrumentos legales que existen, para aterrizarlos en un proyecto en el que se pueda reunir a todos los apasionados del vino y de manera conjunta invertir.
Así comenzaron a emitir 999 títulos accionarios para reunir a distintas personas y construir una vitivinícola comunitaria, rompiendo con todo paradigma y estructura tradicional de inversión de capital, pero también de construcción. Y, para estar seguros que la edificación fuera espectacular, se contrató al arquitecto más importante de casas vitivinícolas en México, Alejandro D’acosta.
“El proyecto no surge de ver el mercado, ni del potencial que hay, sino de la disponibilidad de la tierra y del aprender acerca del vino, de la entrega que se le tiene que poner para poder producirlo y eso nos llevó a generar ideas. El deseo viene más allá de una ambición política o económica, sino de una ambición espiritual; el ver y probar el vino en cada de una de sus etapas de desarrollo es espectacular”, afirmó.
Javier Silva destacó que esto, también les llevó a generar un slogan que es “construir la vitivinícola más bonita de México”, lo que refiere no sólo a la parte técnica de edificar un espacio para producir el vino, sino también se ha integrado a la naturaleza y la parte humana como pilares fundamentales de la vinícola. El crear un lugar destinado a entender qué pasa con la vid y todo su proceso, a contemplar el desarrollo natural de la planta, y el congregar muchas personas alrededor de la idea del vino para convivir.
¿EN QUÉ ETAPA SE ENCUENTRA EL PROYECTO?
El proyecto de Casa Fronda se divide en tres partes: el desarrollo de la vid; la construcción de la vinícola que incluye la productora del vino, un restaurante y salones para eventos; y por último el desarrollo de la comunidad.
El viñedo tiene una superficie de una hectárea, la vid ya está plantada desde hace un año, sin embargo para empezar a producir el vino la cosecha de uva debe tener por lo menos unos 4 años, mientras tanto se le está dando mantenimiento al viñedo, este año se hará la sustitución de algunas plantas que no se dieron o que el varietal no se adaptó correctamente. Es un viñedo lúdico en el que las personas pueden probar y relacionarse con la vid, la idea es que conozcan las configuraciones de las hojas y que pueda ser un tema de contemplación de la naturaleza.
En cuanto a la construcción de la vinícola, Silva Robles detalló que ya se generaron todas las excavaciones y movimientos de tierra que se necesitan, y, en este mes, se iniciará con la construcción de los primeros techos. Se prevé que para el mes de junio estarán listas las primeras áreas utilizables.
“Vamos a empezar a construir los primeros techos como si fueran los toldos y después vamos a ir revistiendo los interiores; es un proceso que creemos que nos va a llevar entre dos y tres años generar, todo depende de cómo se vaya captando el capital”, agregó.
Por último, comentó, está el tema de la comunidad, en el que se optó por construir un gobierno corporativo para poder administrar a todos los accionistas; se definieron ciertas reglas, comisiones y comités que representan los pilares de la vinícola. “A través de esta estructura es que la comunidad interactúa, por ejemplo, si a alguien le interesa el arte puede formar parte de la comisión de arte y proponer ideas relacionadas a este tema. Esto nos ha llevado a crear dos cosas que en un inicio no se tenían pensadas, que es la tienda comunitaria fronda y la escuela fronda, ésta última ya ha generado algunos cursos”.
En ese sentido, informó que el próximo 22 de abril, realizarán por primera vez un festival dedicado a la naturaleza y el vino al que llamaron “Vinalia Fronda”, que se pretende realizar todos los años y en el que habrá actividades de senderismo, tiro al blanco, cocina vegana y tradicional, y se podrá acampar.
Si bien aunque la comunidad está solo conformada por los accionistas, personas externas pueden también participar en los cursos, eventos y actividades, pero tendría un costo un poco mayor. Se espera que en este mismo mes Casa Fronda pueda alcanzar los 999 accionistas, colocando los últimos títulos.
Casa Fronda se ubica en Villa de Reyes, entrando por el eje 140, se encuentra a pocos kilómetros de la automotriz General Motors, a unos 40 minutos de la capital potosina.