Al paso de los días, la indignación por la muerte del perro "Miguelito", causada por el mal uso de la pirotecnia se acrecienta; decenas de personas continúan firmando la petición de “Justicia”, elevada en la plataforma change.org. Al menos 218 mil personas se unieron a la exigencia interpuesta por Nancy Azuara y la cifra aumenta cada vez más.
En los festejos de fin de año, un perro raza bóxer, murió a consecuencia de un 'cuete' que le estalló en el hocico. Las primeras versiones, apuntaban que habría sido un grupo de jóvenes, quienes colocaron la pirotecnia en la comida del animal, sin embargo las versiones de la Fiscalía General del Estado, revelan que "Miguelito", se acercó, por su propio pie, al artefacto segundos antes de que éste explotará.
Pese a que existen videos que comprueban los dichos de la dependencia de justicia, la población potosina, grupos pro animales y demás organizaciones civiles, han realizado diversas manifestaciones en las calles de la capital de San Luis Potosí y a través de redes sociales.
Fue la usuaria de nombre Nancy Azuara, quien abrió la petición en change.org, blog de presión social, para exigir Justicia para Miguel. En los primeros minutos la solicitud de apoyo rebaso la meta de firmas, y la cifra sigue aumentando.
“En el fraccionamiento San Ángel un perro de raza bóxer fue muerto con artefactos de pirotecnia que le destrozaron la cabeza, los responsables después de su cruel acción huyeron del lugar. Esta maldad sin límites ocurrió ayer durante las festividades de fin de año en San Luis Potosí en la avenida San Ángel cerca del Saucito.
Esta terrible acción ha causado indignación entre los vecinos de la zona que ya buscan al responsable de tan lamentable hecho y sobre todo justicia, es por eso que se hace la invitación para que firmes la petición”, detalla el escrito en la red.
Además simula un pensamiento, como si lo hubiese escrito “Miguelito”: “Fui un perro callejero, la mayor parte de mi vida me la pasé vagando por la ciudad, no entendí porque la gente me corría, me echaba agua, me pateaba o me arrojaban piedras, jamás fui malo. Muchos me tenían miedo porque según eso mi raza es agresiva, pero yo siempre fui noble, sólo necesitaba amor y mucho cariño. Gracias a unas muy buenas personas me adoptaron en su colonia, me alimentaron y me cuidaron hasta donde pudieron. Esa noche, estaba emocionado porque creía que este año sería mejor que los anteriores, que iba a recibir más cariños que el año viejo, sigo sin entender que hice mal. Conforme pasaba la noche, había mucho más ruido, luces por donde quiera, no sabía dónde refugiarme porque no tenía un hogar a donde llegar y en la mayoría de las casas aventaban cosas que tronaban y lastimaban mucho mis oídos”.