La exposición a contaminantes ambientales como herbicidas utilizados en el día a día, pueden ser un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades como el parkinson, Alzheimer y autismo, consideró Verónica Mireya Rodríguez Córdova, investigadora del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
De visita en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, UASLP, ofreció una conferencia en la que platicó sobre “La exposición a pesticidas como factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas”, de este análisis tiene la teoría de que ciertas enfermedades pueden ser provocadas por sustancias tóxicas.
Se trata de un tema sumamente importante ya que según la Organización de las Naciones Unidas, ONU, la toxificación del planeta mata a 9 millones de personas al año. Mismas que tienen un origen y es que la producción de sustancias químicas se duplicó entre los años 2000 y 2017.
Particularmente explica que realizó una investigación en modelos animales, al no poder realizarse con humanos, demostrando en la literatura científica que la exposición a bajas dosis por largos periodos de tiempo, alrededor de más de la mitad de vida de un roedor, arroja como resultado la proclividad a desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
Ejemplificó el caso de la enfermedad de Parkinson, eué es un trastorno del sistema nervioso central que afecta el movimiento y suele ocasionar temblores. El daño de las células nerviosas del cerebro, provoca una caída en los niveles de dopamina lo que causa los síntomas de la enfermedad.
En la enfermedad de Parkinson se tiene un modelo de rata y ratón a los cuales se les da un tratamiento en la comida en bajas dosis todos los días durante 14 meses (un roedor vive alrededor de 24 meses). A partir del día 21 que es cuando se desteta empieza el tratamiento por 14 meses, para después obtener tejido y ver qué pasa en su cerebro.
“A lo largo de este tratamiento vamos midiendo su conducta con diversas pruebas. Al obtener el tejido, se disminuyen neurotransmisores específicos necesarios para desarrollar movimientos finos, memoria y advertimos que hay alteraciones en genes, proteínas y neurotransmisores”.
A partir de dicha investigación, se está proponiendo la regulación y, sobre todo, que la gente esté informada, “si tienes conocimiento que una sustancia que estás aplicando en el hogar te puede causar a largo plazo algún trastorno, dejarías de usarla”.
Como parte de la comunidad científica, tiene como propósito continuar con dicho estudio para saber que estas sustancias son detonantes de enfermedades neurodegenerativas.