En México la atención médica ha pasado de ser por caridad, a una atención por derecho, basados en el Artículo Cuarto Constitucional.
Por lo tanto, el enfermo o su familia, tienen una expectativa en cuanto a la calidad de la atención que recibirá, que le permita recuperar su salud. Nadie acude al médico por pasatiempo, aún los hipocondríacos o con síndrome de Münchhausen están verdaderamente enfermos.
México organizó los servicios de salud, dentro de un sector, que incluye la atención dada por el estado y los servicios privados, es decir, la economía define el lugar donde puedes recibir consulta. Todavía a mediados del siglo pasado, era muy fácil decidir con qué médico acudirías a atenderte. Era un médico general, que se escogía por su fama de buen médico, muy atinado y con buen ojo clínico, y esto se transmitía de boca en boca sin anuncios en Facebook, o porque de plano solo él consultaba en la comunidad.
La ciencia médica avanzó a pasos agigantados en los últimos cien años y entonces los países tuvieron que construir unos hospitalotes que dieran cabida a lo que ahora se denominan especialidades. El estado mexicano, tuvo que establecer el sistema en el que se asigna un médico para dar atención a la familia, basados actualmente en especialistas en Medicina Familiar. La consulta dura el tiempo que en forma no ética, desde mi punto de vista, ha sido asignado por la institución y que depende del funcionamiento de una máquina llamada computadora. Si el problema de salud lo amerita, el médico te enviará con el especialista que te toque. La calidad de los servicios entonces depende en gran medida de todo el personal de salud, no solamente de los doctores.
Desde el 2003, a iniciativa de la Asociación Médica Mundial, el 18 de septiembre se celebra el Día de la Ética Médica, y dentro de este marco, diré que la respuesta que se te dé en los servicios de salud proporcionados por el estado, depende de la ética que tenga todo el personal de salud.
Hasta aquí, el paciente no ha escogido a su médico, confía en que la institución lo enviará con uno bueno, respaldado por sus estudios en medicina, que la institución obligó al médico a demostrar, es decir que cuente con títulos y cédulas. Cuando los servicios son privados, entonces hay que definir que doctora o doctor necesitas, según la enfermedad que aqueje. Las instituciones privadas de salud y las aseguradoras, tienen entonces grupos de médicos que realizan ahí su ejercicio privado. Sin embargo, nuevamente tu libertad de escoger quien te debe atender depende de alguna referencia familiar, de amigos o de conocidos, o de algún anuncio.
Una de las recomendaciones es que te fijes si tu médico tiene cédula profesional y si está certificado por el Consejo de Certificación de la especialidad que dice tener, ahora también el médico general se certifica y este documento tiene una vigencia de cinco años.
Esto garantiza que el médico cuenta con los conocimientos suficientes para dar calidad a la atención que estás solicitando.
Quien acude a un sistema de salud, espera curarse, es decir, recuperar su salud, que se le prevenga una enfermedad o que lo reintegren a la sociedad rehabilitado. Como médico, me fue muy difícil entender que para el estado era un servidor público y que hay que llamar derechohabientes, usuarios o peor, clientes a quien solicita atención. Al titularme, yo simplemente, como muchos de mis colegas, me convertí en un médico dispuesto a llevar salud a mis pacientes.
P.D. En la CELAC varios países solicitaron vacunas contra Covid-19, ninguno mencionó cómo ayudarían en su producción.
Facebook: Marco Vázquez
