Conmemoran riqueza de los pueblos originarios

En la entidad potosina hay 630 mil 604 personas que se consideran indígenas, de las cuales el 83.9% se encuentra en situación de pobreza

Mayra Tristán

  · viernes 17 de agosto de 2018

Foto: Norma Rivera

Huapangos, zacahuil, rituales y múltiples colores expresados en la vestimenta y artesanías, adornaron este viernes a la Plaza de Aranzazú, donde se realizó el evento conmemorativo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que en realidad está establecido el 9 de agosto.

De acuerdo al último censo poblacional, en la entidad potosina hay 630 mil 604 personas que se consideran indígenas, de las cuales el 83.9% se encuentra en situación de pobreza, el 33.1% está en pobreza extrema, y el 50.8% en pobreza moderada.

Y ya que se trata de un día conmemorativo, el evento fue enfocado a resaltar la riqueza que tienen las comunidades indígenas de San Luis Potosí y las que han llegado de otros estados, pues además de pames, náhuatl y tének, en la entidad potosina habitan otomís, mixtecos y wixárikas.

Importante apoyo se brindó a los indígenas, dijo la Alcaldesa Yolanda Josefina Cepeda Echavarria, al conmemorar el Día Intencional de los Pueblos Indígenas

Previo al inicio de las actividades se realizó un ritual para dar gracias, “para bendecir la tierra donde pisamos, el aire, para que Dios limpie el aire, lo que absorbemos, y al sol darle gracias porque nos a da la luz, pedir bendiciones en el trabajo, en el hogar; y la limpia para protegernos si vienen días malos”, explicó Epifanio González de la Cruz, quien estuvo a cargo del ritual.

Aunque él es originario de Jalisco, narró que ya lleva 5 años en San Luis Potosí, y hace apenas ocho meses que se recibió como marakame, lo que significa que puede hacer “limpias”; explica que cada persona tiene su propio don, algunos pueden hacer limpias, otros pueden curar enfermedades, y algunos más pueden detectarlas.

Explicó que al nacer, los niños son llevados a lugares sagrados para ser bendecidos y recibir o agradecer un don, sin embargo éste se manifiesta en diferentes edades de acuerdo a cada persona,

Conforme van creciendo van mostrando la espiritualidad, desde los 5 años se puede saber porque a los 10 o 12 empieza, unos lo ejercen pronto y otros no, hasta los 50 años haciendo algún sacrificio

Foto: Norma Rivera

En su caso, el don para “limpiar” llegó a los 51 años de edad, pues comenzó a sentirse enfermo, pero no era más que el llamado del “abuelo fuego”, según le reveló otro marakame.

En la exposición de trabajos artesanales también participó Miguel Alfonso Flores Hernández, quien es médico tradicional desde los 14 años de edad, “no hay método de decir cómo se empieza, a mi me llegó una niña que ya estaba muy grave, muy enferma, su abuelita la llevó y yo estaba chico, 14 años de edad; mi bisabuela la había mandado conmigo a ver qué le daba a esa niña porque estaba muy enferma, tenía tres días sin haber comido nada, entonces le dije a la abuelita lo que le pasaba y le fui a buscar unas hierbitas, eso le di y a las 3 de la tarde empezó a comer, ahí empecé yo a curar a la gente”.

En alrededor de 45 años como médico tradicional, asegura que no solamente ha sanado enfermedades, sino también hechicerías y posesiones diabólicas, “han llegado personas que están poseídos del demonio, de la muerte y los hemos sacado adelante gracias a Dios”.

Las quejas continúan porque en las clínicas de la zona Tének, el problema de la falta de médicos y medicamentos no se ha resuelto del todo

Los resultados que han dado sus trabajos le han llevado a ser recomendado a más y más personas, de tal manera que actualmente dice tener pacientes en California y en Texas, en Estados Unidos, además de Tijuana y Oaxaca.

Reconoció que tradiciones como la medicina herbolaria ya no son practicadas por las nuevas generaciones, “en las comunidades a muchos jóvenes ya no les interesa porque quieren lo más fácil, porque en este trabajo hay que ir a buscar las plantas a la sierra, y a veces sino hay ahí, hasta donde encuentre uno, y a veces son perennes, son hierbas que se secan y al año vuelven a aparecer, entonces tenemos que recolectar en el tiempo preciso”.

Así, con una pequeña muestra de todo lo que tienen que ofrecer las comunidades indígenas, se conmemoró su día… ocho días después.