No cabía un alfiler. Era una mezcla de olores en un ambiente de 32 grados de temperatura. Se escuchaban gritos que nadie entendía, la gente se empujaba, las butacas crujían, les escaleras desaparecieron, nadie quería perderse el inicio de la nueva Legislatura, como si se tratara de la premier de una gran película.
Hubo emociones adentro y afuera del Congreso del Estado; en el exterior, los manifestantes en marcha fúnebre con un féretro que anunciaba la muerte política de los diputados salientes y adentro, los seguidores del “Mijis” y familiares de los nuevos legisladores, repudiando los gritos y groserías de los comerciantes ambulantes, los de siempre.
Los nuevos legisladores llegaron desde temprano, sorteando el tapanco instalado en la calle donde actuará un grupo local este sábado, antes y después del Grito de Independencia, poco fueron reconocidos, si acaso los que ya tienen experiencia en la política; cada uno, con su familia, todos bien arregladitos, con sus mejores galas.
Aparecieron como ya es costumbre, que no noticia, los manifestantes de Ganemos y del Frente Anticorrupción, cargando un ataúd de utilería por un ex funcionario inhabilitado, un empresario acusado de robarse el agua de todos para un negocio de autolavado y otros personajes que quisieron hacer público su repudio a los diputados salientes. Entre todos, no llenaban un camión.
Pero lo realmente importante sucedía adentro. Una Sonia Mendoza que entraba y salía a la Sala Verde para platicar con el joven Edson Quintanar, coordinador de Morena, con Eugenio Govea, de Movimiento Ciudadano y algunos priistas encabezados por Ramírez Konishi. Segundos antes de las 11 de la mañana, salió contenta y se dirigió al pleno junto con sus demás nuevos compañeros.
Todo estaba arreglado, sería la presidenta de la Directiva para el primer año como minutos después lo confirmaría Eugenio Govea al presentar la propuesta al pleno, la cual incluía al PRI con Martín Juárez y Cándido Ochoa del Partido Verde en las secretarías. ¿Y Morena? Se quedó con la Jucopo y la Oficialía Mayor.
El argumento clave para obtener la unanimidad, fue que la Directiva necesitaba una mujer en la Presidencia y, como la posición era del PAN, la única con experiencia, trayectoria y carrera legislativa era Sonia, no había más. Esto generó el primer desencuentro al interior de la fracción panista, pues la dirigencia estatal quería a Rubén Guajardo o Pepe Toño.
Mientras estas negociaciones de altura ocurrían, la fiesta en el pleno estaba en su máximo apogeo; “El Mijis”, la estrella de la jornada, se dirigía con chiflidos a sus seguidores, levantaba el puño para responder a las porras y un sector de los asistentes cantaba “es un honor, estar con Obrador”.
Familiares de los nuevos diputados pedían silencio y respeto a las manifestaciones vulgares de algunos comerciantes, hasta que por fin tomaron la protesta, eligieron a la directiva y tras el Himno Nacional, todo terminó. Entonces “El Mijis” se brincó la barda que divide la zona de tribunas del pleno y se dejó querer por sus seguidores, para la “selfie” y las entrevistas con medios nacionales que vinieron a cubrir su toma de protesta.