Con el cambio a semáforo Naranja, se incrementó la sustracción de menores como método para evadir el pago de pensión alimenticia, indicó Juana María Castillo Ortega, fiscal especializada para la Atención de la Mujer.
La funcionaria manifestó que con la aplicación del semáforo Naranja, que dio pie a la movilidad de las personas al terminar el confinamiento, se registró un incremento en la sustracción de menores, y no por un interés legítimo.
Indicó que a partir de agosto se observó un alza en esta modalidad de violencia contra la mujer, en alrededor de un 5%, y destacó que en estos casos no solamente se vulnera a la mujer, sino también a los hijos, ya que atenta contra su derecho a vivir en un ambiente sano.
Explicó que hubo padres que no contaban con la custodia de los hijos y que no pudieron verlos durante el confinamiento, y al cambiar a semáforo Naranja tuvieron la oportunidad de convivir con los menores, pero optaron por retenerlos, "una vez que pasamos a semáforo Naranja convivieron con ellos y se los quedaron".
Castillo Ortega manifestó que desafortunadamente no lo hacen por un interés legítimo de querer convivir con los hijos, sino que lo utilizan como un método para obligar a que la pareja regrese a casa, en ocasiones con un agresor, o para evadir el pago de la pensión alimenticia, "entonces el fin no es legítimo".