La pandemia por el covid-19 ha cambiado los protocolos en muchos bares del Centro Histórico; empleados y clientes deben atender disposiciones sanitarias que antes no eran requeridas, pero también sus responsables agradecen que este año no estén obligados a cerrar o a limitar sus horarios, como ocurrió al principio.
Sin embargo, ello los obliga a estar al pendiente de que se atienda la limpieza frecuente de la áreas de consumo, de los pisos, de los sanitarios y disponer a toda hora de los tapetes sanitizantes, del gel antibacterial.
Para Juan Pablo Alonso, del bar "Tampico", ha sido difícil mantener el aforo restringido, pero poco a poco los mismos clientes han entendido la importancia de esa disposición.
Sin embargo, también hay clientes que ya no acuden, o que eran frecuentes y ahora son esporádicos, que limitan su presencia en algunos sitios.
Reconoció que los recientes cambios de semáforo epidemiológico generaron angustia en muchos establecimientos, por el temor a algún cierre como los que se registraron en meses anteriores, durante los primeros meses de la pandemia.
"Nos ayudó mucho no cerrar, pero hay que respetar horarios" dijo.
A su vez, Juan Muñoz, del bar "El Peñasquito", también del centro de la ciudad, admitió que los primeros meses de la pandemia fueron difíciles para negocios como éste.
"No nos dejaron trabajar; fue difícil, pero aprendimos a atender las disposiciones sanitarias", relató.
También fue difícil hacer entender a la clientela y que respetan los protocolos, como la sana distancia o el aforo; hasta se molestaban porque no se les les permitía estar.
Sin embargo, el hecho de que esta vez sí se permitiera abrir a este tipo de negocios, dio un gran respiro. "La clientela descendió desde la cuesta de enero, pero seguimos echándole ganas", destacó.