Con una hermandad que se percibe al estar entre ellos, este martes salieron de San Luis Potosí, cientos de peregrinos que como cada año, recorren a pie el trayecto hasta San Juan de los Lagos para venerar a la Virgen.
Este martes a las 7 de la mañana, se realizó la tradicional misa en la colonia Morales, en donde los peregrinos recibieron la bendición para iniciar un camino de 10 días hacia San Juan de los Lagos, Jalisco. De acuerdo a Manuel González Hernández, mejor conocido como “el hermano Negro”, quien funge como celador, este año participan alrededor de 3 mil 500 peregrinos, aunque no todos avanzan al mismo ritmo.
La “Caravana de la Fe” está organizada con celadores que se encargan tanto de gestionar apoyo de las autoridades para que den acompañamiento al grupo, como de conseguir elementos necesarios para los 10 días de camino, tal es el caso de agua; es en este tipo de detalles en donde se encuentran muestras de la presencia de Dios y la Virgen, “el hermano Negro” narró que por ejemplo, este año batallaron como nunca antes para conseguir una pipa de agua, y cuando estaban a punto de ir en peregrinación al Ayuntamiento, recibieron la noticia de que el Alcalde capitalino había autorizado el servicio, y la mañana de este martes cuando estaban en la misa, les comunicaron que los acompañará hasta San Juan.
Jorge Eduardo Velázquez Zamora también participa como celador, junto con alrededor de 12 personas se encarga de la vialidad para que los peregrinos puedan caminar de forma segura, y reconoce que a lo largo de estos años que ha cumplido dicha tarea, se han tenido alrededor de tres casos de automovilistas que “nos han aventado las unidades”, afortunadamente se ha actuado de manera oportuna y no ha pasado a mayores.
Ellos también se encargan de revisar que los peregrinos vayan en buenas condiciones, si alguno se cansa, se lastima o se cansa, se les acerca algún vehículo para que reciban atención o descansen y después se reincorporen a la caminata; para ello se cuenta con ambulancias, camionetas de Protección Civil y de los propios peregrinos.
Los peregrinos viajan durante 10 días hasta llegar a San Juan de los Lagos, y a lo largo del trayecto se hacen paradas en diferentes puntos para alimentarse, descansar y dormir; en Mesa de Conejos, donde hicieron la primera parada este martes, los recibió la familia Bravo Aguilar, que desde hace alrededor de 6 años lleva alimentos como “reliquia” para la Virgen.
Los hermanos Jaime y Moisés Bravo Aguilar, explicaron que por muchos años su madre fue integrante de la Caravana de la Fe hasta que sus piernas se lo impidieron, y entonces todos los hijos comenzaron a donar alimentos para los peregrinos, “entre todos los hermanos nos organizamos para dar una pequeña reliquia a las personas que van, lo que alcancemos, lo poquito que cada quien pueda traer”. Este año llevaron pan, café, agua, tortas y refrescos.
Mencionaron que siempre los esperan en el mismo punto “y aquí estaremos mientras dios y la virgen nos den licencia”. Además de donar alimentos, algunos de ellos van también en la Caravana.
Este año la Caravana va acompañada de una “capilla móvil”. Leticia Aguiñaga, celadora mayor auxiliar, explicó que hace dos años un hombre donó una camioneta para colocar en ella la imagen de la Virgen de San Juan al momento de oficiar la misa, el año pasado se realizó una colecta entre los peregrinos y una familia de ellos se encargó de restaurar y hacerle adecuaciones a la camioneta, al final se pasó del presupuesto pero la familia lo asumió como donativo.
Después se encontraron con que no había un chofer que llevara la camioneta todo el recorrido, y una persona se ofreció como voluntaria, él mismo se encargó de reparar las luces de la unidad apenas el lunes para que estuviera lista, “queremos seguirlo restaurando para que quede más bonito todavía”.
Entre el grupo son diversas las historias, por ejemplo “el hermano Negro” que lleva 64 participando en la caravana, narró que una de sus mandas fue casarse en la Caravana, y aunque al principio el sacerdote estaba renuente a hacerlo, al final le ayudó inclusive con los trámites, “aquí me casé en el santo camino, fue muy bonita mi boda, ni un señor gobernador ha tenido esas bodas”.
Otro caso es el de Carlos Ignacio Ibarra Hernández, quien lleva 25 años de vida y de peregrino, pues desde los 7 meses lo llevó su familia. Señaló que lo más difícil el trayecto es el sol y el frío, sin embargo destacó que así sufran cansancio, ampollas, dolores o enfermedades, la fe y el amor a la Virgen de San Juan los hacen levantarse, “cada persona que estamos aquí, es como si fuera su propia madre (la Virgen), el mismo amor que le tiene a los padres, es el que le tiene a la Virgen”.