La plantación de árboles frutales en el país tendrá que ser analizada con cuidado, ya que se deben cuidar diversos aspectos para que este tipo de especies sobrevivan, señaló Martín Toranzo Fernández, gerente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Entre las propuestas del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, se encuentra la siembra de un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en la zona de la Selva Lacandona; al respecto, el gerente estatal de la Conafor destacó que las especies frutales requieren de ciertos cuidados especiales.
Recordó que “la mayoría de las especies forestales son plantadas con el fin de restaurar los esquemas de los bosques, que nos permitan la retención de carbono y que nos permitan la liberación de oxígeno”, y generalmente se trata de especies que pueden sobrevivir con los ciclos de precipitaciones pluviales.
En el caso de los árboles frutales, destacó que es necesario garantizar el abasto de agua y tendrían que estar cerca de zonas pobladas para que la comunidad se haga cargo de darles cuidados como la poda constante, la aplicación de fertilizantes y atención a posibles plagas.
“También requieren de un estudio porque no todos los árboles frutales se dan en todos los terrenos, y después está el aspecto económico, porque un pino cuesta 3.50 pesos y un frutal de 20 a 150 pesos; estaríamos hablando de programas sociales cercanos a comunidades y ver qué tipo se puede sembrar”, explicó.
Toranzo Fernández insistió en que se deberá revisar el tema del clima, pues cuando una especie es introducida a una región distinta es más susceptible a plagas y tienen un alto índice de mortalidad, además de que pueden tardar más tiempo en producir frutos; como ejemplo mencionó que la manzana se da más en climas fríos, por lo que por ejemplo, sería difícil que se pueda adaptar al clima de la Huasteca, “cada uno tiene sus sistema ambiental donde se puede desarrollar, tendría que planearse muy bien”.