Este domingo 02 de abril, la iglesia católica celebrará el domingo de ramos, es decir, se conmemora la “entrada triunfal de Jesús a Jerusalén”, por lo que en la S.I. catedral metropolitana potosina, presidirá la celebración el arzobispo de San Luis Potosí, monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe.
Iniciará la magna celebración solemne con la bendición de ramos o de palmas a las 11:15 horas en el sagrario metropolitano (parroquia de la compañía de Jesús); se hará una peregrinación encabezada por el jerarca, acompañado del H. Cabildo catedralicio, para llegar a la misa de la pasión del señor en catedral a las 12:00 horas.
Las ceremonias principales del día son la bendición de las palmas, la procesión, la misa y la lectura primeramente de la “entrada triunfal de Jesús a Jerusalén” y posteriormente se lee el relato de la pasión de Jesús durante la eucaristía.
Además, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la de Jerusalén y la de Roma.
En la tradición litúrgica de Jerusalén se recuerda el gesto profético de Jesús siendo aclamado al ingresar como rey de paz y el mesías y después condenado para el cumplimiento de las profecías.
El evangelio de san Mateo narra que la gente alfombraba el camino por el que pasaría cristo y gritaba: "bendito el que viene como rey en nombre del señor. paz en el cielo y gloria en lo alto".
Los fieles que participan en la procesión, tradición que data del siglo IV en Jerusalén, deben llevar en las manos ramos de palma, de olivo u otros árboles, y entonan cantos en honor a cristo rey, a quien aclamamos como nuestro Dios y señor, como nuestro redentor. Los sacerdotes y los ministros, llevando también ramos, deben marchar delante del pueblo.
La bendición de los ramos y palmas tiene lugar antes de la procesión. También se debe instruir a los fieles cristianos a que conserven en sus casas, junto a las cruces o cuadros religiosos, los ramos bendecidos como recuerdo de la victoria pascual del Señor Jesús.
La segunda tradición litúrgica es la de Roma, la cual nos invita a entrar conscientemente en la semana santa de la pasión gloriosa y amorosa de cristo, anticipando la proclamación del misterio en el evangelio de Mateo (26:14-27:66).