El Comedor de los Pobres de San Antonio: altruismo transmitido de generación en generación… Hoy, a 32 años de su apertura, tres veces a la semana se reciben hasta 180 personas de escasos recursos, en condición de calle y con problemas de adicciones.
Fray Enrique Teissier, Guardián y Rector del Templo de San Francisco de Asís, aplaudió la inigualable labor que realiza el patronato, feligreses y personas voluntarias que cada lunes, miércoles y viernes, proveen de alimento a personas en estado de vulnerabilidad.
El Comedor de los Pobres de San Antonio, “tiene un recorrido bastante largo”, recordó, con más de tres décadas, sirviendo un plato de comida a la gente necesitada. Esta acción humanitaria se fue conformando con gente voluntaria que tiene muchos años sirviendo; la labor ha pasado de madres a hijas, sostuvo.
“La idea era asistir a la gente necesitada, aproximadamente en 20 años nada más se daba una vez por semana, los lunes, conforme se vio viendo más la demanda de gente necesitada, se fue ampliando a dos días por semana, y luego a tres”.
De 10 años a la fecha, los lunes, miércoles y viernes, se recibe de 120 a 180 personas. Además de los voluntarios, dos elementos de seguridad pública a poyan con el resguardo de lugar, pues en ocasiones se han generado riñas entre los comensales, que llegan en estado de ebriedad.
Aunque el patronato cuenta con un registro con los datos personales de quienes han asistido durante años, y éstos tienen un gafete de identificación, las puertas del Comedor de los Pobres San Antonio, están abiertas para todo el que requieran ayuda; desde personas en condición de calle, hasta alcohólicos y drogadictos, insistió.
¿Cómo se sostiene?, destaco el sacerdote, “de la caridad, por medio de donativos en especie, casi siempre los pedimos así, tratamos de que no se maneje dinero en efectivo y lo que llegará a faltar se provee de parte de la iglesia”.
“El comedor ya tiene mucho arraigo y la gente es muy solidaria, no ha habido ni un solo día, en estos más 30 años, que digamos hoy no abrimos porque no hay que darles. Siempre sobra para darles a todos, nunca se le niega un plato a nadie”.
Fue el padre Emilio Martínez quien hace poco más de tres décadas, reabrió el comedor comunitario, tras un primer cierre, detalló. Al principio llegaban no más de 20 personas; hoy reciben casi 200.
Son 12 personas voluntarias que se encargan de la operación del merendero ubicado sobre la calle Galeana. Llegan desde las ocho de la mañana, para tener todo listo a la una de la tarde que es cuando se sirven los alimentos, y terminan la jornada hasta las cuatro de la tarde, dejando el lugar limpio para la siguiente jornada.