Luego del intento de robo de la placa que da cuenta de la elevación de El Saucito a octavo barrio, ubicada en la plaza de su templo, se resolvió colocar en su lugar una piedra de cantera labrada.
En tanto, la placa original sigue a resguardo en el antiguo Museo de los Exvotos –hoy capilla de Guadalupe-, donde también se conserva la escultura del Danzante Chichimeca, retirada de la explanada del templo de El Saucito tras el desprendimiento de varias pizas de bronca que la adornaban.
Fue a mediados de febrero cuando la placa original fue hallada ya sin varios tornillos que la sujetaban a la base exprofeso, por lo que al suponer que fue un fallido intento por hurtarla se decidió retirarla y ponerla a resguardo.
Al final, se resolvió mandar labrar una piedra de cantera n la que se lee: “Barrio El Saucito” y tiene la fecha de esa conmemoración, que es el 18 de febrero de 2024; lo que extraña es el periodo 1997-2024 bajo las letras “H. Ayuntamiento de San Luis Potosí”, que se aclaró se trata de un reconocimiento al inicio de las gestiones en tiempos del alcalde Luis García Julián.
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Los vecinos confirmaron que la placa que se colocó el día que se sesionó el Cabildo se mantiene a resguardo en el mencionado inmueble; ahí está también la estatua del danzante, que confían a la brevedad pueda recolocarse en la explanada, pro ya en un pedestal para que sus piezas no sean hurtadas.
En este sentido, los vecinos que participan en el colectivo “Saucito Unido”, lamentaron la ausencia de vigilancia tanto en la explanada como en la plaza detrás de la iglesia, donde es evidente la presencia de malvivientes que la maltratan.
Inclusive, lamentaron que el mural que se elaboró con recursos de los propios vecinos amaneciera de un momento a otro totalmente pintarrajeado; de los destructores ya se sabe quiénes son, al ser identificados en videograbaciones y ahora esperan que repongan el mural, o de lo contrario amenazan con demandarlos.
Asimismo, lamentan que maleantes ronden la zona y cometan asaltos, principalmente a visitantes que acuden al templo, es decir, saben escoger a sus víctimas.