LLegó noviembre y con él los fríos intensos, que pondrán a prueba la resistencia de muchas personas, entre ellas a las más vulnerables.
En las calles y periferias de la Capital potosina, existen niños y niñas que viven en la horfandad y sobreviven a una precarización constante, a veces, sin alimento y mucho menos vestimenta que los arrope, es por ello que esta temporada de bajas temperaturas para ellos significan una tortura.
Debido a esto, tres compañeras y amigas sacaron las agujas largas, el estambre y sus herramientas más importantes, sus manos y amor, para tejer ropa que abrigue a cientos de pequeños del frío.
Reinas Tének, es el proyecto humanitario creado por Silvia Ruiz, María Teresa Sandoval y Guadalupe Bravo, mujeres voluntarias pertenecientes a la tercera edad, que se dedican a realizar labores altruistas, en beneficio de familias y pequeños de escasos recursos de la entidad.
Desde hace ya varios años, estas grandes almas generosas se unen para tejer gorritos, bufandas y suéteres para los más necesitados. “Siempre nos reunimos para apoyar a quien se encuentra enfrentando situaciones difíciles, hacemos lonches, llevamos comida, regalos y vestido a las personas vulnerables. En época de bajas temperaturas siempre nos juntamos a tejerle a los niños y niñas que necesiten un poco de abrigo, para aquellos que no tienen dinero y que además enfrentan situaciones complejas de vida”, refirió Silvia.
Sus dedos no sólo entretejen la hilaza que viaja por el gancho de la aguja, sino que también con sus acciones entraman lazos de empatía y apoyo a niños que claman por el calor y protección del mundo. “Es difícil realizar esta labor, sobre todo por la falta de recursos, y porque ahora con el Covid-19 tuvimos que tomar muchas precauciones, debido a que somos personas mayores. Se extrañó la convivencia, hacer el bien por el otro, platicar y organizarnos para llevar ayuda, pero hoy con las medidas necesarias, llevaremos cobijo a los pequeños que más lo requieren”.
“Ver sus rostros y saber que no pasaran frío, pero sobre todo sus expresiones de gratitud al saberse queridos por nosotras, no tiene precio”, refirieron.
De igual forma el compromiso con su trabajo humanitario es muy importante cuando se organizan para llevar ayuda a quien lo solicita. Sus historias de vida, el amor por sus hijos y familia, y por supuesto la abnegación por proteger a su prójimo, son su motivación más grande.
“Me gusta la labor, lo que hacemos y las experiencias que nos ha dado. Si no tenemos con qué, vemos de qué manera conseguirlo, todo por ayudar a más personas. Nosotras somos amigas de toda la vida, tejer, nos ha convertido en hermanas y hoy a pesar de la situación tan grave que vivimos en medio de una pandemia, estas acciones nos dan mucha esperanza”, platicó emotiva Teresa.
Para su organizadora principal Guadalupe Bravo, ser un apoyo para los demás es parte de su vida. Pareciera que la filantropía está impregnada en sus venas, pues desde muy joven siendo ya una madre de familia, visitaba comunidades de la Huasteca Potosina y llevaba en compañía de otros activistas, comida a familias que enfrentaban un nivel lastimoso de pobreza. También le tocó apoyar a los sanjuaneros, a quienes llevó alimento y bebida durante años, para calmar su hambre después de los largos recorridos de peregrinaje.
“Son tantas las historias. Nos ha tocado ver de todo, toparse con la desigualdad es terrible. Hay niños que abrazan su chamarra, suéteres y gorros, como si no quisieran perderlos nunca, ven en estos detalles una gran muestra de afecto, por eso los protegen tanto. La comida la reciben como un tesoro y para las personas es una de las muestras de amor más honestas que hay, quitar el hambre a otro”, expresó Guadalupe.
Puntadas de gancho y de dos agujas, trenzadas, abiertas, cerradas, y de diversos patrones, construyen cada vestimenta para proteger del frío a más de 100 niños. Diseños clásicos, modernos y coloridos envuelven el trabajo de estas tres mujeres, que al día llegan a tejer dos conjuntos (de gorro y bufanda) que protegerán a un niño o niña indefenso.
Una mesita exhibe el comienzo de lo que será, el tránsito de Reinas Tének para llegar a la meta. Los niños y niñas más vulnerables las necesitan. El esfuerzo es evidente, las madejas de estambre se hacen pequeñas y sus manos se agotan después del trabajo.
Hoy exhortan a la población para que se una a su causa, donando estambre en excelentes condiciones y que no sea reutilizado. También invitan a que más mujeres formen parte de sus labores, acciones que realizan en conjunto con la A.C. Tének Uxumchik, a quienes pueden hacerles llegar cualquier vestimenta abrigadora para proteger a cientos de niños en situación de abandono.
“Creemos en la bondad del ser humano, sabemos que muchas personas nos ayudarán aunque sea donándonos material. No importa cuántas horas dediquemos en hacer un suéter o gorro, lo verdaderamente importante es que este año se cobije y cuide a los niños y niñas que lo necesitan. Reinas Tének espera el apoyo con las manos abiertas”, finalizaron
DATOS
- -Desde el año 2018 han realizado este tipo de ayuda humanitaria
- -Son mujeres jubiladas que dedican su tiempo a personas que lo necesiten
- -Aceptan donaciones, de ropa, comida y juguetes, los cuales entregan a orfanatos y niños en situación de calle
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