Después de la demanda a una vida laboral digna, realizada por personal médico de centros hospitalarios del sector salud, El Sol de San Luis realizó un recorrido en diversas entradas, salas de espera y de urgencias, pertenecientes al Instituto Mexicano del Seguro Social, como lo son las clínicas No.1, No.2, No.45 y la No.50, de la Capital potosina, donde fue evidente el refuerzo de medidas preventivas que están llevando a cabo centros hospitalarios privados y de manera muy personal empleados del sistema de salud social.
Esta es la historia que viven hoy en día quienes valerosamente, trabajan para el sector salud público, como los empleados del IMSS, quienes atienden las indicaciones necesarias para evitar la propagación del virus Covid-19, aunque esto les requiera hacer un esfuerzo más, debido a la falta de aditamentos médicos de protección.
Y aunque trabajadores pertenecientes al servicio de salud público mencionaron que no son clínicas receptoras de pacientes con presunto contagio de Covid-19, se mantienen alertas ante cualquier eventualidad y derechohabientes que se presenten con síntomas de enfermedad respiratoria.
Sí, existe el miedo y es notorio, pero el personal se hace cargo, o al menos eso trata. En la clínica No. 2 del IMSS, desafortunadamente uno de los primeros filtros son las casetas, donde los elementos de seguridad de estas instancias sólo cuentan con un cubrebocas si son afortunados, material que ni siquiera cuenta con las normas sanitarias indicadas por la OMS, para evitar la propagación del contagio del Covid.19.
Fue visible la llegada de pacientes, enfermos de diferentes padecimientos. El servicio es lento como de costumbre por la carencia de personal, existe el pánico en las salas de espera, tal vez por el temor a contagiarse de Covid-19, a pesar de que se presentan para sanar otras dolencias.
Después se acudió a la clínica, en Nicolás Zapata, los filtros de seguridad son medianamente severos, a la entrada el personal femenino encargado de brindar información al derechohabiente, reiteró la importancia de tomar en cuenta las medidas de prevención e higiene para evitar el contagio, lavarse las manos con la técnica correcta. tosido y estornudo de etiqueta, cubrir la boca y nariz con la cara interna del codo, no escupir, si es necesario hacerlo, utilizar un pañuelo de papel y desecharlo inmediatamente, no tocar la cara, la nariz, la boca y los ojos, en cualquier persona que presente síntomas, no saludar de beso, ni de mano y evitar aglomeraciones, indicaron a la distancia.
Los enfermos difícilmente atienden estas instrucciones, algunos de ellos se encuentran en tal estado, que prefirieron acurrucarse en los asientos de espera, mientras se mitigaba el dolor de sus padecimientos. Familiares se quedaron a las afueras, sin la mínima distancia requerida, para esperar qué tipo de diagnóstico ofrecían a sus familiares, muy independientemente de si estos presentaban o no signos de Covid-19.
Atrás quedaron los tiempos donde las familias se reunían a la espera de información de sus familiares accidentados, enfermos o con cualquier otro padecimiento. Las áreas de urgencias se encuentran sólo con el personal autorizado, con los enfermos de gravedad, y alguno que otro familiar que decidió esperar en la lejanía.
Testigos de esto se miraban los unos a los otros, porque es evidente que estos centros de salud están colapsando, es una verdad dura, fuerte y preocupante.
De igual manera fue al llegar a la clínica, No.45, que se encuentra en Av. Salvador Nava. El personal de estas clínicas, al principio se mostró reacio, están preocupados y estresados, se entiende. Beatriz enfermera de piso, mencionó “Es importante saber que si usted ha tenido dos de los siguientes signos: FIEBRE, TOS o CEFALEA (Dolor de cabeza) se va catalogar como caso sospechoso de COVID-19 y entonces lo mandarán a mi área en donde esta contaminado, en un área sucia porque entran todos los casos sospechosos de esta enfermedad, aparte yo estoy con todo mi equipo de protección personal pero tu no, así que no vengas a exponerte”.
Graciela, quien también labora como enfermera en una de estas clínicas, indicó, que es poco lo que se muestra, acerca de las carencias que hace frente el sistema de salud, “Y sólo es una camita, no hay más, y eso que ya estamos preparados. Cabe mencionar que nos hacen firmar por darnos todo este equipo de protección. Nosotras qué culpa tenemos”.
Gabriel, médico especialista de la clínica No. 45 del IMSS" dice que esta situación le parece indignante, porque pese ha estar poniendo su vida en peligro para salvaguardar la de otros, se enfrentan a la carencia de insumos médicos, y al cruel señalamiento de la población, que insiste, siempre los han tachado de inhumanos y flojos, “Podrán hablar mal del IMSS, nos podrán decir huevones, que no trabajamos, que se roban las cosas, que se tardan en las consultas, que en urgencias se tardan años, que no hay insumos, que las cirugías las suspenden y que hay malas instalaciones. Pero sabes una cosa en este momento el IMSS es la institución más preocupada por la pandemia, es la institución que se está encargando de la mayoría de los casos, la única institución que está al pie del cañón”.
En la clinica No. 50 del IMSS, a pesar de las quejas y señalamientos del personal, sus actividades continúan de manera normal, desafortunadamente se siguen recibiendo a pacientes con diagnósticos que están fuera de lo considerado una urgencia.
José Felipe, derechohabiente que se encontraba a la espera de ser atendido por una lesión laboral, señaló que es una tristeza que no tiene nombre. “El IMSS, siempre ha trabajado con las uñas, y no es porque sea malo el instituto. Lo malo es quienes lo dirigen y mangonean dicha institución. Conozco médicos que reciben de 3 a 4 salarios por realizar varios servicios. Y cuando se requieren en una urgencia nunca están. El IMSS trabaja y está infestado de médicos practicantes que aún no saben cómo enfrentar una crisis de urgencia. Las enfermeras aquí la hacen de todo. Ellas tienen que entrarle al toro y al quite de tanta corrupción”.
“El peor de los virus en el imss son sus directivos y médicos corruptos e irresponsables que dirigen dicho instituto. A las enfermeras, camilleros intendentes, personal de ambulancias y traslado les felicito enormemente por su esfuerzo y entrega que hacen obligados y hacerlo con instrumentación arcaica, vieja, disfuncional y carencias”.
También a las afueras de éstas instituciones hospitalarias, por lo menos algún familiar del personal médico que enfrenta esta contingencia en la clínicas de seguridad social se encontraba a la espera, como el señor Alejandro, padre de una enfermera, quien se mostró angustiado y conmovido, “Mi hija es enfermera y está en esta clínica de Zapata, vengo a ver como está y si necesita algo, el temor es tremendo. Su vocación es inigualable, confío en Dios, que la proteja y la ayude en estos momentos, que parecen de guerra”.
El acceso a estas cuatro clínicas pertenecientes al IMSS, se encuentra con poca restricción, el personal sólo acepta el acceso de personas que están en un estado de salud crítico o medianamente grave, sin embargo, existe la presencia de pacientes que sin atender las indicaciones, se presentan aunque sus síntomas no evidencian enfermedades respiratorias, o otro tipo de malestares considerados de atención rápida u oportuna.
Penosa es la forma en la que hacen frente a esta contingencia, sin la mínima protección, sólo con el autocuidado que ellos ponen en práctica, por el bien de sus pacientes y ningún tipo de reconocimiento o ayuda les ha llegado, con la crítica social sobre sus hombros, tratan de hacer lo mejor y lo que queda en sus manos.