Todavía los parroquianos asiduos no se reponen del cierre del bar El Conde, cuando les llega otra mala, muy mala noticia: el bar Chivas ya no tiene sus puertas abiertas y, los que saben, los clientes habituales, casi aseguran que ya no volverá a recibirlos. Lo cierto es que está clausurado.
Y la alerta es que uno de sus propietarios ya abrió una "sucursal" no muy lejos, pero ya no en el rumbo tradicional, pero también se sabe que están en busca de un local nuevo, que podría estar "a la vuelta".
Del cierre, que algunos esperan sea temporal, se dicen muchas versiones: Que ya no se pudo pagar la licencia de funcionamiento, que las mujeres propietarias de la finca pidieron el local para ponerla en venta -en cuatro millones de pesos, pero después de un avalúo le bajaron a dos millones y medio- o que hubo pleito entre los familiares; esto último casi similar a lo que ocurrió con el Bar El Conde.
Quizá el bar Chivas no sea de los más antiguos en la zona centro dela ciudad, pero sí uno de los más socorridos.
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Primero en la esquina norte del cruce con las calles Bolívar y Melchor Ocampo, y más tarde en el mismo crucero pero en la esquina sur, el "Chivas" es -o era sobreviviente- del corredor de bares que se establecieron en ese rumbo, como El Escalón, El Reforma -"Reformita" para los clientes asiduos- y varios más que más tardaron en inaugurarse que en cerrar.
En sus redes sociales -un bar tan famoso tenía que estar en Internet, por supuesto-, señalan que "por el momento estará cerrado y pronto volveremos a abrir El Chivas Bar...", y anuncian por lo pronto un "Chivas Botanero" en la avenida Mariano Jiménez.
Sin embargo, lo que sus clientes murmuran es que va a correr la suerte de otros bares tradicionales; en otro lugar ya no va a ser lo mismo, pero ellos son los que hacen el lugar, siempre y cuando se mantenga el mismo ambiente y siga siendo una especie de museo de aficionados al equipo de fútbol " Las Chivas rayadas de Guadalajara".
Inaugurado el 7 de noviembre de 1987, el bar ha sido escenario de alegrías y de tristezas, por los triunfos y las derrotas de los "rayados", pero también abierto a aficionados a otros "equipillos", a los que se atienden -o atendían- por igual... Aunque fueran del América.