- Las llaves han transformado y ahora se usan chips para abrir puertas de hogares y carros
Carlos Colunga López lleva 50 años de su vida dándole forma a las más inusuales llaves, desde su taller "El Navegante" ubicado en el edificio Alhóndiga.
Este espacio con más de 70 años de historia con el que comenzó su padre, José Colunga Flores, también cerrajero, le ha servido a Carlos como un aula de aprendizaje en el oficio de la cerrajería y por supuesto, como un espacio trabajo en el cual a través de una rejilla atiende a clientes de todo tipo, de todos los estratos sociales y con gran cantidad de peticiones.
"Cerrajería ha cambiado mucho en todos los aspectos, porque antes solo se manejaba pura gazua, los carros eran de combinaciones normales y ahora se usa herramientas más sofisticadas y más sanas y los carros ya ahora son muy modernos usan chip. Uno no puede quedarse atrás".
Situación que le ha obligado, como él dice, a estar en "la punta de la lanza ", para evolucionar en la forma de realizar este trabajo que hoy día sigue demandado por la población.
Además señaló que los trabajos que más le han costado y requerido una inversión de tiempo superior, habilidades y maestría son la apertura de cajas fuertes, siendo de los únicos cerrajeros de la ciudad que realizan este tipo de encargos.
"Todos los trabajos son difíciles, pero para mí el trabajo más complicado son las cajas fuertes. Me puedo tardar hasta un día entero, hay ocasiones que me puedo tarde dos horas, cuatro horas, pero siempre le pido al cliente un día para no sentir la presión sobre mis hombros y hacer mi trabajo como se debe".
La clientela que atiende el señor Carlos Colunga es muy diversa, según señala, el trato dependerá de como piden las cosas y eso exime su posición económica, pues en este oficio se ha encontrado con todo tipo de personas que solicitan sus servicios.
"Mi negocio no es elitista, la gente que viene aquí es muy variada, a todos les damos el mismo servicio, siempre y cuando lleguen con las palabras correctas, si llegan amables les hablo igual".
Al día este cerrajero puede atender de 10 a 15 personas y los servicios que predominan son, apertura de chapas normales de casa, apertura de carros, elaboración de llaves con diferentes combinaciones.
Sobre esto último, don Carlos mencionó que, ahora existe muchas combinaciones y puntos de forjas y gazuas que requieren de un trabajo más detallado.
"Nos llegan llaves de tres puntos, llave tatta, llave normal, llave de regata para automóviles, y los costos son muy variados. La llave normal la tenemos a 30 pesos y la llave de chip la tenemos en mil pesos, y de regata con chip hasta 2 mil pesos".
Por último este cerrajero compartió que este oficio necesita de personas que tengan disciplina y paciencia, para el uso adecuado de sus herramientas y destreza, pues las llaves son y serán una manera de controlar el acceso un lugar.