La Unidad de Gestión del Centro Histórico trabaja para hacer del primer cuadro de la ciudad un lugar habitable, próspero, seguro, económicamente potenciado, pero sin renunciar a su esencia central que es convertirse en una atracción turística para locales y extranjeros.

El encargado de la dependencia municipal, mencionó que está en proyecto la “plaza de la música”, un diseño importante que se instalará en el sitio donde tradicionalmente se reúnen los mariachis, que ofrecerá la oportunidad de cultivar la convivencia cultural y la recreación de los ciudadanos.

Afirmaron que se cuenta con el apoyo de los comercios para avanzar en estrategias que hagan lucidor ese tradicional espacio, con la homologación de colores, arreglos de fachadas e iluminación con diseños que distinguen la época colonial del espacio urbano declarado Patrimonio Mundial, como parte del itinerario cultural del Camino Real de Tierra Adentro, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La tercera etapa del arreglo de calles y fachadas anunciaron que ya se realizó, precisando que la primera fue la calle peatonal Zaragoza; siguió la avenida Carranza de Reforma a Tequis, y la tercera la misma avenida, pero de Reforma hacia el centro.

En el tema de la basura se informó desde la UGCH que se trabaja intensamente, como se vio en fechas recientes cuando en la Semana Santa de lunes a domingo se recolectaron 76 toneladas de basura, muchos residuos, lo que motiva a hacer un llamado a la población a respetar la disposición final de los desechos.

Respecto a estacionamientos se informó que la App que activó el Ayuntamiento ha sumado cada vez más usuarios, sean comerciantes, locatarios y el sector privado; en ella el usuario encuentra una herramienta muy cómoda para que quien quiera incursionar al centro con sus vehículos, lo haga con la certeza de que apoyándose en esa aplicación móvil encontrará un lugar seguro para aparcarlo.

No hay que olvidar que el Centro Histórico es también un lugar que invita a recorrerse a pie porque se disfrutan sus calles, sus cafés, restaurantes, templos, edificios coloniales y comercios.