- Mis grandes satisfacciones y alegrías: haber hecho realidad el Albergue- Comedor del Hospital Central, el Albergue de las Madres de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta y la Casa de la Caridad-Hogar del Migrante
- Claro está que lo logré, conjuntando esfuerzos de muchos Laicos que trabajaron arduamente para hacer esos sueños realidad, dijo el sacerdote agradecido con quienes lo apoyaron en la Pastoral Social-Cáritas
- "Me siento desbordado del gran amor que Dios me tiene; sus bendiciones son incontables"
- "Cada día Dios me confirma más en el llamado a la Vocación Sacerdotal"
"Me siento profundamente conmovido y revestido del gran amor y de la misericordia del Señor, porque al hacerme este llamado a la vida sacerdotal, he experimentado su misericordia infinita, porque a pesar de mis múltiples pecados, errores, debilidades y miserias humanas, me llamó, y me sigue confirmando cada día "su llamado" a la vida sacerdotal, lo cual me hace plenamente feliz".
"Me siento desbordado cada día del amor y la gran misericordia del Señor, y albergo en mi corazón un profundo sentimiento de gratitud, que abarca todo mi vivir, porque uno se ordena sacerdote y va con las mejores ilusiones, pues en el camino va viviendo uno todo tipo de experiencias, felices y dolorosas, óptimas y adversas, pero lo que puedo ofrecerle al Señor es un corazón lleno de gozo y gratitud".
Así lo señaló en entrevista exclusiva con "El Sol de San Luis", el Presbítero, Rubén Pérez Ortiz, Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, mejor conocida como Parroquia de Tequis, quien aseguró que Dios cada día lo confirma en el llamado al sacerdocio, y me sigue invitando a ser su discípulo, para poder ser mejor apóstol".
El también Ecónomo de la Arquiodiócesis Potosina, nos hizo ver lo trascendente y fructífero que han sido 25 años de vida sacerdotal, la cual le ha dejado incontables y grandes satisfacciones, ya desde que eligió unirse a Cristo y a su Iglesia para siempre, cuando era niño, y su mayor sueño desde sus 6 años fue ser servidor del Señor.
Con una mirada pura, cristalina y un corazón transparente que irradia una profunda y gran paz espiritual, nos platicó cómo Dios lo llamó desde niño en que fue Acólito del Padre Ernesto Huerta Vázquez, QEPD, quien, años después le entrega las llaves de la Parroquia de Tequis.
Nos narró hermosas experiencias a detalle sobre cómo fue que vivió su infancia siendo monaguillo, y jugando con sus amiguitos a que celebraba misa, confesaba y rezaba el rosario a la Virgen todos los días, reuniendo a todos sus vecinos.
Vivió y gozó una infancia llena de inocencia, fuera de toda maldad y apartado de todo avance tecnológico.
El Presbítero Rubén Pérez Ortiz nació el 27 de Junio de 1972, en El Refugio, Ciudad Fernández, SLP, y ordenado el 24 de Junio de 1998, de manos de Mons. Arturo Antonio Szymanski Ramírez, QEPD, indicó que su mayor felicidad en plenitud es haber sido elegido por el Señor, pues muchos son los llamados y realmente muy pocos los elegidos, pero sobre todo agradece a Dios las grandes bendiciones, logros y satisfacciones que le ha permitido tener desde que se ordenó Sacerdote en la S.I. Catedral y darle el sí a Dios para siempre.
"Son incontables las bendiciones que Dios me ha concedido, pero entre ella está el haber fundado desde que fui Vicario de la Sagrada Familia de Nazareth, el Albergue Comedor del Hospital Central, que da reposo, alimentos y alegría espiritual a los pobres y enfermos, pues muchos han recobrado sus fuerzas en ese lugar, donde siempre hay pan, techo, cobijo y amor para ellos. Fue un trabajo en conjunto con varios Laicos, pero es un gran logro unir esfuerzos y corazones de buena voluntad.
El haber construido la Casa de la Caridad Hogar del Migrante "Mons. Luis Morales Reyes", cuando fui titular de la Pastoral Social-Cáritas, y apoyar lo más que pude a nuestros hermanos migrantes, son bendiciones que llenan de intensa y santa alegría el corazón.
También el haber construido Albergue de las Madres de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Todo esto lo logré, desde luego, junto con el esfuerzo de muchas personas que trabajaron arduamente para ver estos sueños hechos realidad, --dijo el sacerdote agradecido, con quienes lo apoyaron en la Pastoral Social-Cáritas--.
El Sacerdote con una evidente paz y alegría espiritual contagiante, citó los servicios eclesiásticos que le han sido encomendados, como el de haber sido Asistente Eclesiástico de la Acción Católica Potosina, Encargado de los Grupos Laicales, Capellán de la Capilla de Guadalupe, Encargado de los Retiros del Presbiterio, el haber sido elegido para ir estudiar a Roma 2 años, la Licenciatura de Historia de la Iglesia, maestro del Seminario Arquidiocesano Guadalupano Josefino, y ahora Ecónomo de nuestra amada Iglesia Potosina, entre otros cargos apostólicos y espirituales más, que lo han hecho confirmar su Vocación Sacerdotal.
Indicó que a los jóvenes y adultos que tengan la inquietud por el Sacerdocio, se den la oportunidad de escuchar y atender "el llamado" del Señor, de lo cual nunca se van a arrepentir, pues el Sacerdocio no es ninguna farsa, y nunca se van a sentir decepcionados del Señor, nunca, pues Él nunca falla, nunca se equivoca y nunca traiciona.
Con voz entrecortada el Padre Rubén dijo que una de sus más grandes tristezas y adversidades es el haber perdido a 25 Sacerdotes durante la Pandemia del Covid-19 que desgraciadamente dejó estragos muy dolorosos y adversos en nuestra amada Iglesia Potosina y el hecho de ver que hay quienes se apartan de la Iglesia y critican injustamente a sus Sacerdotes, le duele en el alma, porque muchos generalizan, cuando no deben hacerlo, pues "es como generalizar que todos los doctores, maestros, abogados, funcionarios públicos políticos, y periodistas son malos, cuando no es así. El error, debilidad o pecado de uno, no es de todos".
Cómo Ecónomo me tocaron los tiempos más duros y difíciles que ha tenido la Arquiodiócesis Potosina en toda su historia, pues no teníamos ni para pagarle al personal su sueldo quincenal, menos su aguinaldo de ley, nos las vimos muy duras, pero la Providencia de Dios no nos abandonó y pudimos salir adelante con su bendición. Siempre hay almas buenas que Dios nos pone en nuestro camino.
Por último dijo que su Padrino de Ordenación Sacerdotal fue el Canónigo Fernando Castro Villanueva, actualmente Párroco de Tlaxcala, "y en mi Cantamisa predicó Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, actual Obispo titular de Texcoco".
Concluyó el Padre Rubén Pérez Ortiz a quien desde este humilde espacio lo felicitamos por sus 25 años de fructífero e incansable servicio Sacerdotal, entregando su vida plena y fielmente a Dios y a su amada Iglesia Potosina.