El suelo arcilloso del municipio de Moctezuma, a 1 hora y 45 minutos de la capital de San Luis Potosí, cercano al trópico de Cáncer, a una altitud de 1,630 metros sobre el nivel del mar y con un clima semidesértico, fueron factores que favorecieron el crecimiento de la Vitis vinifera, planta que dio vida a vinos que hoy son reconocidos en los mejores restaurantes de México y Estados Unidos. El otro ingrediente: “la actitud de luchar y ser mejores en un medio donde hay tanto protagonismo, pero que también genera la posibilidad de relacionarse a todos los niveles”.
San Luis Potosí es el hogar de Cava Quintanilla. Su propietario, Don Carlos Quintanilla, habló con El Sol de San Luis sobre el trabajo incansable y el largo camino hasta llegar a la primera botella de vino tinto de calidad excepcional; del origen del nombre Laberinto, etiqueta emblemática de sus vinos; así como de su participación para que el Concurso Mundial de Bruselas llegara a San Luis Potosí.
En 2010, Quintanilla era ya un exitoso productor de frutas, verduras, hortalizas y legumbres con calidad de exportación, cultivadas en invernadero; razón por la que viajó a Francia a recibir un reconocimiento por los mejores tomates de México. En el último día de su estadía, lo invitaron a un recorrido por viñedos de la región, donde preguntó qué se necesitaba para producir vino de esa manera tan exitosa. El guía le respondió que se requerían factores muy simples: “un poco de tierra, algo de agua, y un clima que favorezca, uno que tenga demasiada radiación y noches frías para que la planta pueda descansar y hacer fotosíntesis”. Con esa respuesta y un gran sueño, regresó a México.
En una comida con sus amigos más cercanos, comentó su proyecto: “quiero tener mi viñedo y hacer mis propios vinos”. La respuesta fue casi unánime: “no lo hagas, no te comprometas, es una inversión a muy largo plazo, se trata de un proceso muy largo donde las ganancias no las verás tú ni tus hijos, tal vez tus nietos”.
Haciendo a un lado los comentarios, Quintanilla comenzó con 20 hectáreas, en las que plantó uva de mesa para ver cómo se adaptaba. Posteriormente, con la ayuda profesional de Joaquín Madero, supo que era tiempo de comenzar, y para 2015 ya había 64 hectáreas de viñedo.
En 2016, salió al mercado la primera botella. Ese fue el comienzo de este exitoso proyecto. Hoy en día cuentan con 120 hectáreas, las cuales este año produjeron 15 variedades de uva, de las cuales solamente tres son blancas.
La primera añada, la de 2015, no se vendió ni se comercializó; se regaló a algunas instituciones y para algunos proyectos, con el objetivo de darse a conocer. A partir de 2016, salimos al mercado, primero en San Luis Potosí, que es nuestra cuna y donde hoy estamos en el 90% de los restaurantes.
“Posteriormente salimos a esparcirnos a toda la República, llegamos primero a la Ciudad de México y el restaurante Pujol nos da la oportunidad, primero que nada con darnos una cita para conocer nuestros vinos; afortunadamente la sommelier estaba en la búsqueda de algo diferente a los vinos del Valle de California, Querétaro y Aguascalientes, y se enamoró de nuestro Sauvignon, de ahí en adelante se nos abrieron las puertas a todo el país”.
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Hoy en día, los vinos de Cava Quintanilla se ofrecen en prácticamente toda la República y trabajamos con grandes empresas como HEB, Costco, Wal-Mart, Soriana y se siguen expandiendo.
El año pasado concretaron su primera exportación a Estados Unidos y a sus instalaciones llega gente de Hong Kong, Japón, China y Canadá, entre otros, quienes se van encantados con los vinos, por lo que están seguros que este es un proyecto muy grande, que tiene mucho futuro.
Además, Cava Quintanilla cuenta con diversos paquetes turísticos que ofrecen recorridos y visitas, permitiendo a los visitantes disfrutar de catas de vino y maridajes, aprender sobre la historia de la industria del mezcal y el vino, y observar de cerca el proceso de producción.
También se incluyen visitas a las bellezas naturales que rodean el lugar, mostrando lo mejor de los paisajes del estado en el que está asentada Cava Quintanilla, todo para recorridos a partir de 10 personas, cuyos costos son desde 750 pesos a 1,350 pesos. Los números para reservar son 444 191 7473 y 444 126 0572.
Laberinto
El nombre de la etiqueta más emblemática de Cava Quintanilla también tiene su historia. El origen de Laberinto fue la visita de las señoras Landín, hijas del creador de los calendarios del mismo nombre, quienes, según narra Don Carlos, “desde que llegaron, dijeron que aquí sentían mucha energía”.
“Me dijeron que, si podían regresar para localizar un punto energético y así lo hicieron, caminaron y me dieron las instrucciones para crear un laberinto de piedras, se me hizo pegajoso el nombre de laberinto de ahí me vino la idea de ponerle así a una etiqueta, que además ha tenido gran éxito”.
Otra parte de la historia del nombre no es tan agradable: “cuando quisimos registrar el nombre de Laberinto, este ya estaba registrado por una persona, a la que tuvimos que ir a ver a Torreón y que en un inicio dijo que lo utilizáramos sin problema, que él era hombre de palabra y que no tendríamos ningún conflicto.
“Años después tuve que ir a Mazatlán a verle porque pedía tres millones de pesos para cederme el registro, a la negociación me acompañó un gran amigo, quien logró que el individuo aceptara un millón y medio de pesos, pero que se atrevió a pedir que durante cinco años se le regalaran cajas de vino, yo cumplí mi palabra, igual que él”, ironizó.
Concurso Mundial de Bruselas
Carlos Quintanilla tuvo mucho que ver con la llegada a San Luis Potosí, en noviembre próximo, del Concurso Mundial de Bruselas. “Estaba Paty Véliz en Turismo estatal”, recordando a quien le comentó la posibilidad de que este gran evento se desarrollara en nuestra entidad. Para lograrlo, habló con una gran señora, Sandra Fernández, quien apoyó mucho para lograr el acercamiento con Carlos Borboa Suárez, organizador en México del concurso, para hacerle tal petición.
“Al mes, me habla Paty y me dice: ‘Señor Quintanilla, tengo en mis manos el escrito de solicitud que me pidió Carlos en persona que usted firmara’. No nos concedieron el 2023, pero sí el 2024. Así que en noviembre tendremos aquí el evento, que sin duda será un gran éxito para San Luis Potosí”.