Las farmacias, droguerías y boticas mexicanas, a través del tiempo han sufrido transformaciones importantes en sus funciones.
Su clientela, así como las necesidades de ésta, también están condicionadas a los cambios socio culturales, al desarrollo médico y cientifico de la Farmacéutica.
“Hablar de remedios elaborados, ungüentos naturales, fórmulas magistrales realizadas en morteros, es casi cosa del pasado”, así lo mencionó el Sr. Arturo Sergio Escobedo, dueño y cabeza principal de una de las farmacias más antiguas de la capital potosina, “Farmacia y droguería La Piedad”.
Con más de 50 años de experiencia en la industria farmacéutica y, 42 años de servicio que respaldan a esta tradicional droguería, el Sr. Escobedo indicó, “La farmacéutica ha cambiado mucho, la ciencia, los médicos y las medicinas están mucho más avanzadas que en el siglo pasado.
Anteriormente la gente acudía por remedios básicos para la tos como jarabes; para dolores reumáticos pedían los conocidos ungüentos naturales con base en hierbas o algunas infusiones, actualmente algunos de estos medicamentos aún se realizan de manera manual, como el bálsamo analgésico o artículos de perfumería, como lociones, pero en su mayoría ya todas las medicinas y artículos son de patente”.
Y con el pasar de los años todo cambia, así como los medicamentos, la clientela no es la misma y sus padecimientos tampoco, “Ahora hay más personas enfermas, sus hábitos no son los mismos, sus rutinas dejan a un lado actividades que pueden beneficiar a su organismo, también su alimentación contribuye a que su condición física no sea la óptima y por ende, todas estas cosas repercuten en la salud de su cuerpo. Antes la gente se cuidaba más, la comida era otra, sólo venían por remedios, ahora acuden por tratamientos médicos completos”, señaló el sr. Escobedo.
La competencia farmacéutica es cosa de todos los días, pero ello no ha impedido que el negocio de las farmacias y droguerías de antaño dejen de ser redituables, “Aquí seguimos, después de tantos años y, a pesar de que ha crecido de forma descomunal, con gran cantidad de cadenas de farmacias que están en cada esquina, con eslogans de pecios bajos, nos mantenemos vigentes, cuando comenzamos existían alrededor de 150 farmacias independientes, ahora son más, pero nuestro servicio es especializado, nuestros clientes ya nos conocen”.
Al hablar de farmacias, también se refiere a la automedicación, que se ha vuelto una constante en la población, un mal hábito que se debe evitar, “La gente realmente desconoce sus padecimientos, la falta de información puede contribuir a un mal diagnóstico, por eso es necesario que siempre acudan con su médico de cabecera, considero pues, que jamás deben acudir a alguna farmacia si no están previamente diagnosticados, adquirir medicamentos sin consulta ni receta puede ocasionar graves problemas de salud o empeorar los ya existentes” indicó don Sergio.
La Piedad, referencia de muchos potosinos
En esta farmacia y droguería, apenas y se distingue el aroma a ungüentos, ahora, todos sus productos se encuentran empaquetados en las típicas vitrinas con marcos dorados y sobre los estantes, artículos de belleza.
Los clientes llegan de todos lugares, de los municipios cercanos y de la Capital, pero ya no piden preparados o fórmulas especiales y, con receta en mano solicitan antibióticos y medicamentos especializados para su malestar. Algunas señoras asoman su mirada a uno que otro producto de perfumería, mientras el señor Escobedo y su equipo de trabajo se dan a la tarea de atender a la clientela de forma pronta y eficaz.
La Piedad es una de las droguerías más antiguas de San Luis Potosí, presente en uno de los pasajes más tradicionales y populares de la entidad, local que si bien ha dejado poco a poco de lado la producción artesanal de medicamentos, es un establecimiento mercantil que no deja de ofrecer su servicio y, siguen preocupándose por la salud y bienestar de los demás.