La Red por los Derechos de la Infancia en México, REDIM, refiere que el principal lugar donde tuvieron lugar los accidentes de niñas y niños de 0 a 9 años en México durante 2021 fue en su hogar. En este entorno sucedieron 97.7 por ciento de los accidentes de personas de 0 años, 82.6 por ciento de los accidentes de personas de 1 a 4 años y 61.6 por ciento de los accidentes de personas de 5 a 9 años. Además, indica que más de tres de cada cuatro accidentes sufridos por los menores fueron caídas.
Los Servicios de Salud del Estado de San Luis Potosí, SES, informa que está llevando a una serie de visitas a centros de salud para capacitar a los padres, tutores o cuidadores y ofrecerles unas series de recomendaciones para la prevención de accidentes acorde a la línea de edad y sus escenarios más comunes; durante el año 2023 se brindaron más de 89 mil 496 capacitaciones, realizadas por el personal de salud con temas de prevención de caídas, quemaduras, intoxicaciones, transporte, y muerte súbita.
Juan Sánchez Cárcoba, coordinador de Atención a la Salud de la Infancia y la Adolescencia de la Secretaría de Salud de Gobierno del Estado de San Luis Potosí, sostiene que para que todas las niñas y los niños potosinos alcancen su máximo bienestar físico, emocional y social, insisten en que los adultos se responsabilicen de las necesidades de los menores en todos los ámbitos en que se desenvuelvan.
Los accidentes ocurren de manera inesperada dentro del hogar o en sus alrededores (patio, jardín, garaje, azotea, etc.) y son una fuente significativa de lesiones e incluso defunciones.
"La necesidad de aventura es algo que las niñas y los niños llevan implícito en su crecimiento, la esencia del desarrollo, el descubrir colores, formas, objetos, situaciones que resultan nuevos en su vida, gatear, correr, brincar, subir escaleras, desplazarse en sillones, camas o algunas superficies en desnivel serán parte del imaginativo aventurero y la ocasión propicia para que se presente un accidente”.
Sin embargo, es responsabilidad de los adultos, acompañar, no perder de vista y mantener la vigilancia de toda niña o niño que realice actividades recreativas en el domicilio, con una estricta prohibición de actividades en azoteas, escaleras, superficies mojadas y en desnivel como camas, sillas o mesas. Es aconsejable que las escaleras cuenten con pasamanos y barandales, las terrazas, ventanas y balcones cuenten con protecciones que disminuyan el riesgo de caída.
En caso de que las niñas o los niños sufran accidentes en el hogar es recomendable acudir de forma inmediata a la unidad médica más cercana para que sean valorados por personal capacitado, evitar automedicación y los remedios caseros que podrían agravar o empeorar las lesiones.