En 2024, el cáncer cervicouterino sigue siendo un problema de salud pública significativo en este país y por supuesto en San Luis Potosí. Se estima que cada año se diagnostican aproximadamente 13 mil 960 casos nuevos de cáncer cervicouterino, lo que lo convierte en la segunda causa de muerte en mujeres mexicanas. La tasa de incidencia es de 23.3 casos por cada 100,000 mujeres según datos de la Secretaría de Salud del Gobierno de la República Mexicana.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud, (OMS), estima que, a nivel global, más de 600 mil mujeres son diagnosticadas anualmente con esta enfermedad, y aproximadamente 340 mil mueren a causa de ella. En México, el principal factor de riesgo es la infección persistente por el virus del papiloma humano, (VPH).
A pesar de los avances en prevención y detección temprana, en 2021, se registraron más de 3 mil 700 muertes por esta enfermedad. Los estados con las tasas más altas de mortalidad incluyen a las localidades de Chiapas y Morelos.
El cáncer de cuello uterino, también conocido como cáncer de la matriz, es el crecimiento anormal de las células, que se localizan en la parte inferior de la matriz que se conecta a la vagina. Este padecimiento es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo y el tipo de cáncer más común en las mujeres con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
El Virus del Papiloma Humano, VPH, es un virus comúnmente transmitido por contacto sexual que puede causar cambios celulares en el cuello uterino, los cuales, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden evolucionar hacia un cáncer. La prevención se centra en dos pilares fundamentales: la vacunación contra el VPH y el tamizaje regular.
En San Luis Potosí, los Servicios Estatales de Salud, SES, durante el año 2023, realizaron un total de 17 mil 498 pruebas de citologías y de VPH. Para el año 2024, se contará con más de 21 mil pruebas de VPH las cuales beneficiarán a la población.
Factores como la vacunación contra el VPH y los programas de tamizaje (como el papanicolau) son claves para reducir la incidencia y mortalidad, pero persisten desafíos relacionados con el acceso a estos servicios, especialmente en regiones con mayor desigualdad económica.
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Algunos factores de riesgo que pueden generar cáncer de cuello uterino, es tener muchas parejas sexuales, comenzar con la actividad sexual a temprana edad, haber padecido anteriormente Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), fumar, tener el sistema inmune debilitado a causa de alguna enfermedad o medicamento.
Existen acciones efectivas para la prevención y disminución en la probabilidad de padecer cáncer cervicouterino, las cuales son: la vacunación contra el VPH a todas las niñas de quinto año de primaria y/o a las niñas de 11 años no escolarizadas, a quienes se les aplica unidosis; mujeres y hombres cisgénero y transgénero entre 11 y 49 años que viven con VIH con intervalo de 0-2-6 meses; niñas y adolescentes de 9 a 19 años siendo atendidas dentro del protocolo de violación sexual y que no tengan antecedente previo de vacunación contra el VPH.
Las mujeres entre los 25 y los 34 años de edad es preciso hacerse una prueba de Papanicolaou cada 3 años, si las 2 primeras anuales fueron negativas. Las mujeres y hombres trans entre los 35 y 64 años de edad es necesario hacerse una prueba de VPH. Una mujer que haya sido vacunada contra el VPH continuará las recomendaciones sobre las pruebas de detección para su grupo de edad.
Una forma de prevención para las personas sexualmente activas, es la utilización del condón femenino y masculino, mismos que pueden reducir la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el Virus del Papiloma Humano.