A casi dos años del primer caso de Covid-19 confirmado en San Luis Potosí, negocios locales siguen luchando por salir adelante de los estragos económicos que ha dejado la pandemia. Tal es el caso de la "Pastelería Almendra", con una trayectoria de 30 años de trabajo, que por la falta de eventos sociales y las clases a distancia, durante este tiempo de emergencia sanitaria ha visto una reducción de sus ventas en más de un 50 por ciento.
SIN ESCUELA Y SIN EVENTOS NO HAY VENTAS
En entrevista, Érika Espinoza, encargada de la pastelería Almendra, señaló que, su fuerte como negocio son los pedidos de pasteles y algunos postres que les realizan sus clientes para eventos sociales masivos como Bodas, XV años, entre otros; sin embargo, con las cancelaciones que se tuvieron y las restricciones sanitarias que ha habido respecto a los eventos, las transacciones cayeron en más del 50 por ciento, pues de tener hasta 5 pedidos de pasteles para 200 o más personas cada fin de semana, tan sólo les llegaban pedidos de pasteles para 10 personas.
Aunado a ello, la venta de diario también bajó un 50 por ciento porque no había clases presenciales en las escuelas; antes, los alumnos acudían a comprar algún postre o pan dulce a la hora de salida, pero, al mantener las clases a distancia, cayó mucho la afluencia de clientes.
No obstante, dijo, ahora que se están reactivando todos los sectores, ya empieza a haber un mejor flujo, con los pocos eventos que se han tenido y el regreso a clases, las ventas están recobrando auge, pero todavía no al mismo nivel que se tenía antes de la pandemia, puesto que ahora el factor que más está golpeando es el incremento en los costos de la materia prima.
INFLACIÓN, OTRO GOLPE PARA LAS VENTAS
En ese sentido, Érika detalló que el huevo, la mantequilla, la crema batida y algunos derivados de los lácteos son de los más caros; a esto se añade que también aumentó el precio de los desechables, como el domo para pastel, al igual que los energéticos: luz y gas. Debido a ello, comentó, la pastelería se ha visto en la necesidad de también ajustar el precio de sus productos, aunque no en la misma medida en la que se han dado los incrementos.
"No hemos modificado mucho nuestros precios, pues entendemos que con la pandemia hay mucha gente que se ha quedado sin empleo o que su sueldo ha disminuido. A lo mejor en las piezas de pan sí hemos subido 50 centavos o 1.0 peso, porque de plano hay veces en las que no podemos evitarlo, pero no hemos querido que sea tan abrupto", expresó.
A pesar de que, como negocio han buscado solidarizarse con el bolsillo de sus clientes, Érika reconoció que esto a su vez les ha generado una merma en sus ganancias, pues si antes podían sacarle el doble de ganancia a sus productos, hoy solo pueden sacarle un 30 por ciento, cuando mucho.
"No nos gusta disminuir la calidad de nuestros productos, pues sinceramente es lo que nos mantiene como negocio, aunque somos una pastelería pequeña ya tenemos 30 años de experiencia. Sin embargo, tratamos de darles diferentes opciones a los clientes, si quieren un pastel muy elaborado y costoso, nosotros les ofrecemos otras opciones, buscando que tanto ellos queden satisfechos, como que nosotros también podamos sacar un poco más de ganancia", agregó.