El cambio en el semáforo epidemiológico puede traer consigo dos efectos: una sensación de libertad en una pequeña parte de la población, y una tendencia a la alza en afluencia de personas que hacen su vida regular, lo que a su vez pudiera impactar en un aumento de contagios, consideró el doctor en Psicología, Sebastián Galán Jiménez.
El especialista mencionó que de manera general, hay dos tipos de población, “los que son muy conscientes de los riesgos de la pandemia y los que a pesar de que teníamos semáforo Naranja continuaban su vida de manera regular pese a las advertencias del gobierno”, por lo que con el cambio a semáforo Amarillo habría una mínima parte que se sienta más libre.
Explicó que el hecho de que se comiencen a recuperar diversas actividades económicas, puede ayudar a disminuir el estrés en la población, “sobre todo si además empieza a haber cada vez más personas asintomáticas o que han padecido la enfermedad y no han tenido consecuencias catastróficas”.
Señaló que tanto el encierro como la problemática social y económica, son factores que generan estrés en la población, y recomendó hacer ejercicios de respiración para disminuir la ansiedad, así como concentrarse en elementos que no son percibidos como caóticos, “hay que mantener las medidas de prevención y considerar aquellas cosas que están dentro de su control”.
Manifestó que “es una realidad que hay una tendencia a la conformidad y hay cada vez más personas que salen despreocupadamente pese a las advertencias, lo único que podría ocurrir (con el cambio de semáforo) es que haya mayor afluencia de personas haciendo su vida de manera regular y que la tendencia a la conformidad vaya en ese sentido”.
Galán Jiménez advirtió que esto pudiera incidir en un alza de contagios, por lo que invitó a la población a no relajar las medidas de prevención.
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