Las bromas no cesaron cuando se percataron de la presencia del famélico elemento de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana capitalina, resguardando la puerta principal del Palacio Municipal, en la clásica posición no marcial, más bien lisonjera: “A sus órdenes, jefe…”.
Esa es una de las calaveras monumentales, elaboradas en cartón, que más llamaron la atención; hubo otras que también se prestaron a guasa, como la del aseador de calzado, con la que se podía tomar la foto simulando que le daba “bola” al zapato. “Este se parece a Bernabé (líder de los boleros)…”, bromearon algunos de sus representados.
El “Señor de las Palomas” también figura en esta muestra de calaveras monumentales en memoria de los potosinos, que la noche de este miércoles se abrió para disfrute de quienes acuden al Centro Histórico, frente a Palacio Municipal y sobre la calle peatonal de Ignacio Zaragoza.
También “apareció” la clásica enfermera de alguna institución de salud; y otros personajes en diferentes oficios, incluyendo los de la farándula local: Un curioso Juan del Jarro, una espantosa Loca Sulley o una tenebrosa Dama Enlutada y, sin lugar a dudas, una Lupe Vélez, bella y elegante aun siendo calavera. Hay un torero que, pocos se enteraron, representaba al matador Fermín Rivera.
Las figuras, elaboradas en cartón y alambrón, por manos que aprendieron del maestro Felipe Arredondo, y que hacen recordar la visión de José Guadalupe Posadas; distan mucho de los cráneos monumentales del año pasado, algunos de los cuales fueron reciclados en el altar de muertos instalado en el patio central de Palacio Municipal.
Una de las figuras, la del elemento del H. Cuerpo de Bomberos Metropolitano sometiendo la clásica manguera apagafuegos, causó tristeza a varios que se acercaron, al recordar a Carlos Eduardo, quien falleció a principios de este año, en cumplimiento de su deber, pero también reforzó el respeto a esos elementos que exponen la vida para salvar otras.
La víspera, en la inauguración del altar de muertos, el Ayuntamiento capitalino dio una probadita de esas calaveras monumentales, al exponer la correspondiente al cantante guanajuatense pero avecindado en San Luis, “Chino” González; esas figuras tardaron casi medio año en quedar terminadas, por lo que es casi obligatorio acudir a admirarse de esos trabajos.
El frío no pudo evitar que potosinos acudieran al Centro Histórico a admirar esos trabajos.
Con el ambiente de ruidosa tambora que apagó el sonido ambiental que intentaba anteponerse con una insistente Llorona instrumental, potosinos y visitantes se dieron cita para divertirse con varias de las figuras, pero también mirar con respeto aquellas del padre Peñalosa, la de Lila López, Manuel José Othón o Francisco González Bocanegra.
Y no podía faltar el vendedor de periódicos, con LA PRENSA en mano y voceando la noticia del día, por supuesto.