La grasa se va acumulando. Los trapos ya no sacan brillo. Los periódicos y revistas se quedan sin ser hojeados y las pláticas, chismes, opiniones y debates, escasean. La pandemia de Covid-19 que ha provocado el semáforo epidemiológico rojo de la semana pasada a la fecha, le ha pegado gravemente a la economía de los boleros.
Sus ingresos han caído un 90 por ciento, ya que los clientes cautivos que son los burócratas y comerciantes del primer cuadro de la ciudad, no acuden a sus oficinas ni a sus negocios, los paseantes en las plazas son muy pocos y además, los aseadores de calzado se tienen que ir temprano, por mucho a las seis de la tarde.
Bernabé Avila Ramírez mejor conocido como “El Muñiz”, que trabaja todos los días desde hace más de dos décadas frente al recinto del Congreso del Estado en la Plaza del Carmen, asegura que este martes dos de febrero tienen los 30 agremiados a la organización, una cita con el presidente municipal Alonso Lujambio y sus funcionarios para pedir ayuda.
“Básicamente lo que estamos pidiendo en calidad de urgente es un apoyo de despensas y efectivo si es que se puede, nuestros ingresos se cayeron, nos gusta trabajar pero no hay clientes y los gastos en casa son los mismos o más: frijolitos, huevito, lechita, escuela, transporte, renta y ¿de donde?, ya nos acabamos los pocos ahorros”.
Por lo pronto, reconoce, gracias al apoyo del alcalde con licencia Xavier Nava dejaron de pagar renta y son dueños de su silla, además Rocío Zavala les consiguió una tarjeta para pagar directo el derecho de piso y eso es un es un peso menos porque la seguridad jurídica es fundamental, ya no hay amenazas de antigüos dueños, ahora todos los papeles están en regla.
“El Muñiz” señaló que la cita es a las 9.30 y esperan recibir ayuda provisional, “mientras pasa la contingencia, no queremos que nos den para siempre porque nos gusta trabajar, pero por lo pronto estamos vulnerables, nosotros apoyamos con el uniforme, teniendo el espacio limpio, atendiendo a los clientes de aquí y otras parte del país y el mundo”.
Por ello, “esperamos que haya reciprocidad, queremos que el alcalde nos escuche y nos apoye, la situación es crítica, estamos sobreviviendo de milagro con nuestras familias”.
Mientras tanto, “El Muñiz” sigue esperando que la clientela aumente pero no es así, ya ni siquiera los diputados o los funcionarios acuden a asearse el calzado y los pocos clientes que requieren sus servicios solo pagan los 20 pesos de la boleada y no dejan propina, que era una fuente de ingresos extra.
Escucha el podcast ⬇️
Leer más de El Sol de San Luis