Las personas cuidadoras, enfrentan grandes ciclos de estrés, desatención física y emocional que dan origen al Síndrome de Bornout, un estado emocional de cansancio, agotamiento y despersonalización, que resulta del trabajo que implica la atención o ayuda a personas.
Así lo explicó Mariana Hernández Noriega, psicóloga, integrante de fundación Hero y fundadora del colectivo “Cuidadoras Potosinas”.
“Quienes cuidamos, nos llegamos a olvidar de nosotras mismas y nos empiezan a consumir las preocupaciones, las condiciones económicas, la calidad de vida de nuestros pacientes. Todas estas condicionantes poco a poco nos afectan hasta que nos damos cuenta que ya padeceremos depresión, ansiedad e irritabilidad “.
En este sentido Hernández Noriega explicó desde su postura como cuidadora 24/7 de su hijo, que a esto se suma la falta de atención psicológica y sobretodo la falta de una red de acompañamiento y apoyo.
“Hay sobrecarga de trabajo para el cuidador o lo que nosotros llamamos cuidador, también podemos identificar que quienes cuidan carecen en su mayoría de una red de apoyo, pues normalmente es solo una persona la que se encarga del cuidado”.
La psicóloga y también madre cuidadora explicó que, esto se debe también a la imposición de roles de género, pues son las mujeres quienes en su mayoría se hacen cargo de pacientes, familiares con discapacidad y adultos mayores.
“Históricamente se nos impone esta responsabilidad, entonces quienes cuidan o cuidamos no tienen tiempo para descansar, y a la par realizan otras actividades como trabajar y atender el hogar, por ello es importante proteger sus derechos y priorizar sus condiciones dignas, que sepan que no todo es sacrificio , que pueden pedir ayuda”.
Mariana Hernández Noriega también enfatizó que una persona cuidadora necesita terapia y seguimiento de salud mental de por vida, pues hasta que se dan cuenta que necesitan atenderse es cuando ya entran en un colapso , que incluso puede derivar en un internamiento en una clínica de salud mental.
“Debo decir también que hemos tenido precisamente más defunciones de cuidadoras , que de receptores. Pues no es lo mismo cuidar 5 años o un año, a llevar 20 ó 30 años cuidando a alguien, las condiciones varían y los estragos son distintos”.
Por último la especialista señaló que el síndrome de Bornout debe ser considerado un tema de salud pública que debe ser atendido de manera oportuna.