Siete de cada diez niños mexicano sufren algún tipo de acoso todos los días, y en el 85 por ciento de los casos, estos suceden dentro de la escuela, son estadísticas que dio a conocer la ONG internacional Bullying Sin Fronteras para América Latina y España, el cual destaca que de 40 millones de alumnos de nivel primaria y secundaria, 28 millones padecen acoso escolar, lo cual equivale a la población total de Portugal, Bélgica, Uruguay y Chile.
Asimismo, reportan que México ocupa el primer lugar en Bullying a nivel mundial, seguido de Estados Unidos, China, España, Japón, Guatemala, República Dominicana, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Bélgica, Italia, Suecia, Francia, Dinamarca y Noruega.
Por lo anterior, en este nuevo ciclo escolar, la delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, recomienda a padres de familia y tutores, estar al pendiente de los cambios conductuales de niñas y niños para prevenir que sean víctimas de bullying o acoso escolar o bien que sean quienes lo generen.
El psicólogo clínico del Hospital General de Zona No. 1, Edgar López Reyna, señala que este problema puede generar bajo rendimiento escolar y otros trastornos como el estrés, fobias, depresión y ansiedad en el menor.
Es importante que exista una coordinación entre padres de familia y autoridades escolares para detectar oportunamente víctimas o acosadores y para ello se recomienda detectar señales como indicar alguna situación de acoso escolar que se puede intuir al observar la falta de apetito o comer en exceso, cambios de humor, aislamiento, enojos o tristeza sin razón, trastornos del sueño como dormir mucho o la falta de este, padecimientos psicosomáticos, golpes en el cuerpo, bajo rendimiento escolar, entre otros.
En estos casos, es importante la intervención terapéutica para contrarrestar las afectaciones, por lo que es fundamental la participación de padres y maestros a las primeras señales.
Recomendó a padres y tutores, fomentar una convivencia cercana con hijas e hijos a través de actividades recreativas y una buena comunicación que permitan al menor obtener mayor seguridad y confianza para contar lo que está atravesando.
En el caso de quienes fungen como acosadores, es importante detectarlos y que reciban el apoyo necesario para ayudarlos a descifrar y resolver el porqué de su conducta, ya que en muchos de los casos también atraviesan por algún tipo de trastorno o problema emocional.
Es así que se exhortó a los padres de familia a estar alertas de las señales mencionadas y buscar orientación y ayuda profesional para apoyar al menor en esta etapa.