Cada lunes, Toño se traslada de Rancho Viejo a la cabecera de Soledad, donde presta su servicio de bici taxi, un oficio que presta con gran respeto y que está en vías de desaparecer, ya que prácticamente es la única persona que continúa llevando en su triciclo, a las personas que lo requieren, a lugares no muy lejanos.
Se trata de un servicio que si bien hace unos años era muy solicitado, ya que la gente buscaba incluso pasearse y darse dos o tres vueltas por la plaza principal de Soledad solo para “cotorrear”, hoy está en su ocaso, pues solo algunas personas que realizan compras en un tianguis que se pone los lunes y que no pueden cargar sus compras, se suben a su bici taxi, según lo explica Toño.
“Cada lunes venimos aquí a llevar mandado, vamos cerca, 3 o 4 cuadras, solo lugares cercas, no salimos más lejos, falta fuerza para andar mas retirado; Cada vez es menos lo que trabajamos, pues la gente ya casi no pide nuestro servicio, hace muchos años si, había más carritos y la gente lo ocupaba mas, pero ahorita no, sólo una que otra gente que vaya pesado con el mandado” dijo en entrevista.
De lo que saca cada lunes, dijo que varía, pues no su servicio tiene un costo fijo, sino que es una cooperación que la gente decide dar, que va de los 10 a 15 pesos regularmente, sacando en día de 100 a 150 pesos, dinero que ocupa para poder alimentar a su familia “de perdido sale para las tortillas, para la comida, no pido más que eso, es lo que uno busca”.
Destaca que su servicio está basado en el respeto, tanto para él, que ofrece el servicio, como para sus clientes, asegurando que trata de ser siempre amable y servicial, lo que le ha ganado el respeto de la gente, que hoy en día hasta le dejan sus bolsas de mandado para que llevarlas a sus domicilios, siempre entregando en tiempo, pues nunca se ha desviado un mandado, ya que dijo, desviar un mandado, es botar el respeto de la gente, tan importante para el.
Toño tiene poco menos de 20 años con su bici taxi, cuenta que hace algunos años tenía dos y los prestaba a dos jóvenes que se aburrieron y fueron a buscar empleo en otro lugar, actualmente otra persona y el son los que prestan el servicio, aunque según sus propias palabras, él es el único que lo hace de manera constante cada lunes, pues la otra persona a veces trabaja, a veces no.