Sin algún apoyo oficial, bares y restaurantes-bar han sorteado, como han podido, la crisis derivada de la pandemia por Covid-19; algunos recortando personal, otros con promociones para su clientela y los menos consiguiendo su principal producto, la cerveza, con distribuidores de dudosa procedencia, lo que les ha originado un veto por parte de las agencias distribuidoras.
Consultados sobre las condiciones en las que salen avantes, después de un cierre obligatorio de varios meses y su reapertura restringida, encargados de tales establecimientos consideran que será muy difícil su recuperación en lo que resta del año.
Lamentablemente, hay quienes no pudieron mantener a flote el negocio y ya no reabrieron o no han podido hacerlo; los que sí, en el caso de bares que cuentan con giro de restaurante-bar, debieron invertir más para contar con menú a la carta que antes no tenían, sin contar con la inversión para adecuarlos en atención a los protocolos sanitarios.
Con respecto a si recibieron o están recibiendo algún respaldo oficial, los consultados aseguraron que nunca hubo apoyo para ellos; por el contrario, se les vigila constantemente a tavés de inspectores estatales o municipales e, incluso, no hubo ni prórrogas o descuentos para el pago de refrendos.
Asimismo, muchos cuentan con clientela de años, que pese a la situación que se vive los siguen favoreciendo, y con ellos mantienen cierto volumen de ventas, pero no a los niveles que tenían antes de la pandemia; debido a que deben respetar la presencia de comensales hasta el 25 por ciento de la capacidad, a muchos se les tiene que rechazar para no tener sobrecupos.