“Recordemos con nuestra oración y con nuestra caridad cristiana a todos aquellos que padecen enfermedad, que están internados en los hospitales, que están privados de su libertad en las cárceles, injusta o justamente, pero sobre todo veamos por aquellos que viven olvidados en nuestras colonias y fraccionamientos pobres, debido a nuestro egoísmo y a nuestra falta de disponibilidad para ayudarlos y que padecen del agua, de la seguridad y de todos los medios más necesarios y elementales para su supervivencia y para el desarrollo de nuestras comunidades rurales”.
“No quiero decir que todo es así, hablo de esas colonias a las que como Arzobispo Emérito voy a ayudar y a servir, y que veo, personalmente, que siguen padeciendo de la estructura principal que requiere una comunidad digna, porque ni siquiera cuentan con los servicios más indispensable para vivir”.
“El llamado no es sólo a los que están en la vida pública o que son servidores públicos, o funcionarios de los diferentes niveles de Gobierno, sino el llamado que hago es a todos, para que seamos sensibles al dolor, sufrimiento, miserias y necesidades de nuestros hermanos más desfavorecidos, a los olvidados, desprotegidos, que están marginados y requieren urgentemente de nuestra caridad cristiana”.
Así lo señaló el tercer Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, quien presidió la solemne concelebración Eucarística dominical, con motivo de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana Potosina.
“No debemos olvidar a quienes viven en comunidades olvidadas, y digo olvidadas porque siguen padeciendo pobreza extrema por la carencia de lo más elemental para vivir dignamente, por lo que tomando la voz de los pobres, yo invitaría a que estas fechas de Navidad y no sólo quienes viven del erario público, sino todos tengamos esa capacidad de servir, de ayudar, de compartir, pues están privados de esos medios y alguno de nosotros tal vez pueda ayudarlos, organizados por las cabezas de los diferentes clubes sociales, y de la misma Iglesia, podamos organizarnos para que el espíritu social y de hermandad sea una virtud de los potosinos y una expresión de la fe que tenemos en Jesucristo, Quien, se desprendió de todo privilegio, para vivir entre los hombres, y sobre todo entre los más pobres y de los más necesitados”.
“Creo que el encuentro de Jesucristo con los pobres, fue un encuentro gozoso, de alegría, aunque “les estorbó” a las autoridades, ya desde que predicaba Juan “El Bautista” a quien mandaron decapitar y sufrió así el martirio, pues quisieron “quitarlo del camino”, porque denunciaba las injusticias valientemente. Pero no lograron callarlo ni a él ni a Jesús, que también predicaba su Evangelio de vida, de justicia, de paz, de amor. No lograron callarlo porque el Evangelio de Cristo sigue vivo en muchas partes del mundo, no pierde vigencia y clama por los pobres”.
“Ojalá que el Evangelio de Jesús nos haga despertar desde la caridad, porque es preciso y urgente hacer viva la caridad de Jesucristo socialmente, saliendo un poquito más de nosotros. Desde luego que los años son difíciles, pero más difícil es cuando estamos empeñados en justificarnos por nuestro egoísmo, orgullo y tantas justificaciones que nos hacen vivir ante todos ellos (nuestros pobres) una mentira.
“La mentira es decir que me compadezco de los demás, pero no hago nada, y se nos va pasando el tiempo y la vida sin empeñarnos en aplicar nuestros dones y capacidades para ayudar a salir adelante, por lo que invito a todos los potosinos a despertar nuestra conciencia social, y a ver realmente en dónde nos están necesitando, en dónde nuestro programa de vida en verdad necesita hacerse presente, movidos por la caridad de todos ellos, nuestros pobres, a quienes ama Cristo”.
“Vivamos siendo más compartidos, vivamos una fe más definida, más clara, y más empeñosa a trabajar, a estar en acción, a dar firme testimonio de caridad, porque un fe sin obras en fe muerta”.
Indicó Monseñor Cabrero que una ayuda desinteresada es la Pastoral Social-Cáritas de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, sin embargo, no se da abasto, Cáritas no puede con todo, por eso decía que no podemos descargar ahí nuestra conciencia, no le podemos dejar todo a la Iglesia, porque es preciso unir esfuerzos en conjunto, no se puede dejar sola a esta institución eclesiástica altruista, que no para en ayudar a los pobres y más necesitados”.
“Creo que nuestras actividades de trabajo y sociales que tenemos, incluyendo nuestra propia familia, podemos hacer algo más. El llamado es a la generosidad, pero sobre todo a tocar el espíritu navideño”.
Por último, dio la bendición a todos los potosinos deseándoles una feliz, santa y frutífera Navidad en paz y amor, en la que se viva verdaderamente el espíritu de la caridad evangélica que nos enseño Jesús, nuestro Dios y Redentor.