Más de 20 días han transcurrido sin que Abisue Escobedo Segura conozca al menos el paradero de su hija, Brittany Vanessa, de 7 años de edad, sustraída con engaños de su domicilio por su madre que, parecer, ya no la tiene consigo, pero también han sido días de impotencia ante la indiferencia y desprecio de las autoridades a su angustia.
Hasta ahora, la Fiscalía General del Estado (FIGE) se ha limitado a divulgar, en sus redes sociales, una fotografía de la menor para solicitar informsw de su paradero; no hubo Alerta Amber.
De la FIGE, según relata el afectado, lo han mandado a la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PPNNA) y de ésta última a la Fiscalía Especializada para la Atención de la Mujer, la Familia, Delitos Sexuales y Justicia para Adolescentes, pese a que depende de la misma FIGE.
“Son 23 días y mi hija no aparece; en una dependencia me dicen que vaya a otra, y de la otra me regresan, pero nadie investiga, no hay investigación”, aseguró Escobedo Segura, quien en su desesperación no descarta acudir ante autoridades federales y exponer su caso.
Explicó que el 12 de septiembre su hija fue sustraída con engaños por su madre, de 31 años, y su nueva pareja, pese a que él cuenta con la custodia.
Se dedicó a recuperarla y de inmediato buscó el apoyo de las autoridades, que ni la Alerta Amber activaron, ni iniciaron alguna carpeta de investigación.
El padre de la menor se ha dedicado a intentar localizarla por su cuenta, y realiza indagaciones que la han llevado a presumir que ya no está con su madre: inclusive, tuvo informes que ya abandonó su domicilio en el fraccionamiento Puerta Real “lo que la hace de delito”.
“El jueves por la noche se acaba de mudar y hasta renunció a su trabajo; no quiere decir dónde dejó a la niña, no quiere hablar porque supuestamente la está asesorando una señora para que no hable, pero el esconderse y el no hablar ya se está haciendo de delito”, dijo.
Por si fuera poco, el afectado ha comenzado a recibir llamadas a su teléfono celular de personas que no le dicen palabra alguna, se quedan calladas y cuelgan, por lo que presiente que se trata de una forma de amedrentarlo.