El representante de los permisionarios, Margarito Terán, dijo que el aumento reciente a la tarifa ya se diluyó con el incremento al diésel de un peso, más otros costos de operación.
El aumento a la tarifa del transporte urbano es insuficiente para que los permisionarios adquieran nuevos vehículos y reponer los que salen de circulación por antigüedad en el servicio; tampoco alcanza para mejorar las condiciones, aunque el esfuerzo se hace todos los días no obstante los incrementos en el costo de operación, principalmente el diésel, señaló el representante de Impacto Total del Transporte Margarito Terán.
El representante de los permisionarios señaló que se reunirán con el nuevo secretario de Comunicaciones y Transportes Fernando Chávez Méndez, a quien le pedirán que implemente una política de puertas abiertas y les de audiencia con la premura que las situaciones lo ameriten, ya que la movilidad es muy importante para el sector; “todos los cambios son buenos y creemos que será un funcionario innovador”.
Dijo que el aumento a la tarifa del transporte urbano que se autorizó recientemente, ya se diluyó por el costo del combustible que aumentó un peso en los últimos días, dejando a los permisionarios en estado de indefensión y obligándoles a pedirle al gobierno ayuda para seguir operando, sin que sea gravoso para el bolsillo del usuario; el gobierno debe entrar con un subsidio o se complicará la situación para todo el gremio transportista.
Margarito Terán manifestó que la última fórmula matemática que se elaboró hace dos años, indicaba que el costo de la tarifa era de 10 pesos pero el poder adquisitivo de los usuarios era de 5 pesos, ¿entonces quién pagaría esos 5 pesos de diferencia y permitir una utilidad correcta para que el transportista siguiera operando?.
Aceptó que al final de cuentas, los transportistas deben tener una alternativa económica para una mejor calidad de vida, “para eso trabajamos todos, pero en las condiciones actuales la situación es realmente complicada”.
De un año a la fecha, han salido de circulación 200 camiones aproximadamente que ya cumplieron los 10 años de servicio y las unidades son muy caras, ya no se alcanza ni siquiera a traerlas seminuevas, lo que genera una política de chatarrización porque los autobuses son sacados de circulación”, expuso.
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