Desde hace unos días, las panaderías comenzaron a lucir en sus estantes el pan de muerto, sin embargo los incrementos en los insumos han llevado a un alza también en el costo de este tradicional alimento, explicó el señor Jaime Ramírez, quien lleva 30 años dedicado a este oficio.
El comerciante destacó que durante el último año se han tenido alzas en los diferentes insumos que se utilizan para la elaboración del pan, por ejemplo, la harina que costaba 600 pesos el bulto, actualmente oscila en los 850 pesos, “las grasas también subieron, el azúcar anda en mil 020 cuando andaba hace un mes en 750 pesos, son incrementos por temporada… más el gas, electricidad”.
Debido a ello, señaló que si el año pasado la pieza de pan de muerto costaba 8 pesos, este año los clientes podrían encontrarlo en 12 pesos, esto cuando se trata del pan tradicional, pues si se busca una variedad con relleno especial los precios son más altos, pues también la pieza de pan suele ser más grande.
En ese sentido, indicó que antes se comercializaba solamente el pan espolvoreado de azúcar o con ajonjolí, sin embargo sea modernizado, y aunque mantiene la tradicional forma de calabacita con huesitos, ahora se pueden encontrar variedades cubiertas de chocolate, azúcar glas o algún otro ingrediente, con relleno de cajeta o dulce de avellana, “se utiliza todo lo que se le pueda poner y que se vea atractivo”.
Un dato llamativo es que ya hay pocas panaderías que elaboran piezas con forma de “monito”, lo cual atribuyó a que cada vez hay menos panaderos, de manera que los pocos que quedan tienen que valorar entre dedicarle tiempo a hacer piezas más elaboradas, u optar por la calabacita que es más sencilla.
Al respecto, también mencionó que hay quienes elaboran la masa desde un día antes para dejarla fermentar por más tiempo, mientras que otros panaderos la revuelven de manera directa, es decir, solamente dejan reposar la masa por una hora, y así, la producción de pan de muerto puede estar lista en un promedio de 5 horas.
Finalmente, explicó que en estos días previos a la celebración del Día de Muertos se elabora poco pan, pues comienzan las ventas por la colocación de altares en las escuelas y los hogares, y ya durante los días festivos se pueden preparar de mil a 3 mil piezas, y después disminuye la venta.