El problema de infertilidad aumentó en nuestro país durante los últimos años, debido a que las mujeres estudian y trabajan, adicionalmente porque postergan la maternidad hasta después de los 35 años edad, es así que anualmente unas 12 mil parejas reciben tratamiento contra esta problemática en el Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS.
Actualmente en el IMSS cuentan con una Clínica de Embarazo y Enfermedades Reumáticas que atiende a toda paciente con alguna enfermedad reumática que curse con un embarazo de alto riesgo.
Este espacio busca dar un seguimiento del estado de salud pre concepcional, durante las etapas de la gestación hasta el puerperio, con intervenciones terapéuticas oportunas y eficaces para el control de la enfermedad y mantener así el equilibrio del bienestar materno-fetal.
Las futuras madres requieren una constante vigilancia médica, para que ellas y sus bebés tengan una maternidad y nacimiento satisfactorios, y más aún aquellas que antes de su embarazo hayan presentado la enfermedad, debido a que existe un 50 por ciento de posibilidades de que reincida durante la gestación.
Con la atención integral y especializada del personal médico, 90 por ciento de los embarazos son exitosos, aunque por tratarse de eventos de alto riesgo, esta clínica opera con médicos especializados en reumatología, en coordinación con obstetras y neonatólogos que ayudan a inhibir algún problema.
Generalmente las enfermedades de las pacientes embarazadas son: lupus eritematoso sistémico, síndrome de anticuerpos anti fosfolípidos, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, vasculitis sistémicas, artritis idiopática juvenil (en edad adulta), miopatías inflamatorias (dermatomiositis/polimiositis) y Síndrome de Sjögren primario (en edad reproductiva).
Por eso, es fundamental la vigilancia especializada que se ofrece pues abarca desde orientación, cuidados constantes, prescripción de medicamentos, estudios de cultivo, estudios de sangre y ultrasonido, para observar el desarrollo del bebé y la salud de la paciente