Durante el 2023 fueron asignados 27 niñas, niños y adolescentes en adopción; de los cuales 19 son adopciones concretadas y 8 en convivencia preadoptiva (en las siguientes semanas se entregarán formalmente a su familia adoptiva).
Así se informó desde el área de comunicación del DIF estatal, instancia que precisó que con estas cifras puede decirse que “a comparación de otros años, ha habido un incremento en las adopciones”.
De acuerdo a la página oficial del del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia en San Luis Potosí, en 2022 fueron 15 asignaciones, lo que quiere decir que en 2023 se generó un 80 por ciento más.
El año antepasado también se contabilizaron 109 ingresos a CAS para su resguardo y 83 reintegraciones familiares.
Con respecto al rango de edad de las y los menores que fueron adoptados, se detalló que se han realizado 23 adopciones de niñas, niños y adolescentes en el rango de 0 a 8 años de edad, así como cuatro de 0 a 13 años.
Añadieron que se ha brindado orientación a varias personas en materia de familias de acogida, “actualmente se cuenta con cinco solicitantes que se encuentran en proceso de reunir sus documentos, para iniciar su expediente y obtener su certificado de idoneidad como “familia de acogida”.
La presidenta honoraria de ese organismo de ayuda, Ruth González Silva, informó que se mantienen diversas estrategias, “encaminadas a sensibilizar y promover la cultura de la adopción, con el fin de garantizar en las y los menores de edad el derecho a vivir en familia, lo que ha representado un incremento en las asignaciones de adopción”.
“Cada niña, niño y adolescente tiene derecho a vivir en una familia con protección y bienestar; y la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PPNNA) cuenta con un modelo ágil que les brinda seguridad y una vida digna a quienes se encuentran temporalmente en uno de los Centros de Asistencia Social”, añadió.
El nuevo enfoque de trabajo ha agilizado los trámites para incorporar a las y los menores de edad en un entorno familiar, además de una constante labor en conjunto con las autoridades de justicia en materia de lo familiar, para que las y los niños bajo resguardo del Estado reciban un trato humano, sensible y responsable; que va más allá de considerarles como un expediente, si no darles el lugar que merecen a partir del reconocimiento pleno de sus derechos.
Después de un proceso de convivencia preadoptiva, en la que matrimonios y madres solicitantes acreditan la solvencia moral para formalizar el proceso de adopción, la PPNNA dictamina lo más benéfico para que las niñas y niños vivan en un ambiente de armonía, amor y felicidad, propio al de un hogar establecido.