Alrededor de 5 mil pesos cuesta al Asilo de Ancianos Maranhata y San Judas Tadeo, A.C. la manutención de cada uno de las 18 personas que actualmente alberga en su edificio en Constitución, donde en torno a un austero comedor, los adultos presentes durante la visita de El Sol de San Luis, esperaban la hora para comer.
Emocionados con la cámara y la inusual visita de un medio de comunicación, los internos del Asilo mencionaban cada uno su nombre y contaban historias de sus vidas que complementaban con lo que en sus mentes recreaban de vidas que nunca vivieron, o de fragmentos sacados de alguna lectura o historia de televisión, como quien dijo que en su adolescencia estuvo peleando en Corea cuando cumplía con su Servicio Militar Nacional a los 16 años.
En un pequeño patio cerca de lo que es un austero comedor, los adultos mayores confluyen entre historias, sillas de ruedas y padecimientos propios de su edad, pese al “encierro”, la mayoría están contentos, ríen, y hacen bromas, no están en abandono, casi todos los días los visitan sus familiares.
“El pretexto para traerlos es el de siempre en los 27 años que tengo a cargo del Asilo, desde que lo fundé en ese aspecto no hay otros motivos, el pretexto es que por el trabajo no se les puede atender”.
Así lo comentó, Leoncio Silva González, director y fundador del Asilo quien dice que lo rescatable es que no se les abandona, “se procura hacer que la familia se haga responsable de su familiar al traerlo, que lo visite, que aporte para su manutención, y que haga donativos para su propio familiar”,
“Se hace un estudio socioeconómico y según las posibilidades económicas los familiares aportan desde despensas hasta una mensualidad, nosotros proporcionamos a quien lo requiera recibos fiscales o facturas que son deducibles de impuestos, tanto para familiares como para empresas que en alguna ocasión nos apoyan”.
Destacó que el Asilo requiere de camas ortopedias, sillas para comedor, colchas para cama, loza en general, ropa abrigadora, y despensas en general, los principales gastos además del medicamento son renta, luz, gas, teléfono, etc,
La capacidad del Asilo es para 22 personas, actualmente cuenta con 18 de los cuales son hombres 10 y mujeres ocho, en su mayoría “de familias de escasos recursos”, y hay apertura para visitas de las familias durante el día.
Las personas que están en el Asilo se quedan internas, “no salen a sus casas todos tienen familias no están abandonados, se reciben personas sin límite de edad desde 18 a 100 años, no necesariamente deben ser ancianos, “se recibe también a personas que tengan algina condición de discapacidad o enfermedad, que requieran atención y que sus familias no puedan atenderlos en sus viviendas”.
Silva González comentó de la estancia de un joven invidente, “padecía de ceguera, su familia pagó un mes y lo abandonaron por poco más de un año, posteriormente a través del DIF se logro contactar a sus familiares y se les obligó a hacerse responsables de él, por lo que tuvieron que acudir al asilo a recogerlo”.