La Arquidiócesis de San Luis Potosí condenó el asesinato de un sacerdote en Michoacán, mismo que atribuyó a la inseguridad a la que están expuestos todos los mexicanos.
Este martes fue asesinado el sacerdote Javier García en Michoacán, y el domingo fue atacado con un arma blanca el obispo de Durango Faustino Armendáriz; al respecto, Tomás Cruz Perales, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí replicó el comunicado del Episcopado en el que condena enérgicamente estos hechos, a lo cual se unió la Arquidiócesis potosina.
Manifestó que la Iglesia condena “estos actos de violencia, no solo aquella que ha arrebatado la vida de este sacerdote, sino también la que atenta contra la paz y la justicia en nuestra Nación”; y aunque se trata de dos ataques continuos a figuras del clero, descartó que se trate de un asunto específico en contra de la Iglesia.
Señaló que así como esta vez fue un sacerdote el que fue asesinado, también hay homicidios a diario, y sucede con políticos o cualquier otra persona, “todos los días se exponen en los medios de comunicación situaciones lamentables de muertes, ejecuciones, y deseamos que las autoridades sigan trabajando, pienso que es una situación de violencia que experimentamos en nuestro país en general, la violencia es uno de los factores que va incrementando”.
Igualmente, se refirió a la profanación ocurrida en una capilla la semana pasada, en donde dijo, al parecer quisieron ingresar para tomar el dinero de las alcancías pero no pasó a mayores; también en este caso atribuyó lo ocurrido a la delincuencia a la que está expuesta cualquier vivienda en el estado.
Cruz Perales señaló que el Arzobispo ha pedido a los sacerdotes que tengan más cuidado, que los encargados de los templos estén más atentos, y si es posible contar con apoyo de los feligreses para el cuidado de las capillas.