Quizá la más emocionada con la llegada de las cuadrillas del “Martes de Talacha” del Ayuntamiento capitalino fue doña Flor, vecina del barrio de Santiago, que hace tiempo por motu proprio se encarga de mantener la limpieza del jardín, de acuerdo a sus posibilidades.

No hay otra vecina o vecino que esté atento a si el alumbrado presenta alguna falla –por lo general por el robo del cableado-, si hubo algún daño a la infraestructura que requiera repararse, lo que es común durante las fiestas patronales. Sin embargo, uno de los mayores problemas de suciedad en el jardín que vecinos habían expuesto era la presencia de personas en situación de calle que ya se habían apoderado del kiosco y hasta del atrio de la iglesia que, además, generaban inseguridad porque solían molestar a estudiantes de escuelas aledañas.

En una incursión realizada horas antes por elementos de la Guardia Municipal, los indigentes fueron asistidos, retirados y canalizados y, más tarde, el área fue aseada.

Este martes, trabajadoras y trabajadores operativos de varias dependencias municipales, encabezadas por sus titulares, al mando del alcalde Enrique Francisco Galindo Ceballos, se apersonaron para relevar a la doña Flor en sus tareas y, de paso, hacerle un reconocimiento.

Pero no solamente planeaban la limpieza del jardín de ese emblemático barrio, sino también una rehabilitación integral –se deberá talar media docena de árboles secos, pero que serán sustituidos con 50 jacarandas- que incluyó la limpieza del camellón central de la avenida Damián Carmona, desde ahí hasta la avenida Reforma.

Y, como ya se ha vuelto costumbre, Galindo Ceballos fue más allá: Se comprometió con vecinos para llevar el programa “De Corazón mi Barrio” con el cual se rehabilitarán hasta 300 fachadas de inmuebles en la zona; hay casas que tienen años sin haber recibido al menos una mano de pintura.

Los aplausos y vítores por tal anuncio no se hicieron esperar de los vecinos del barrio, en su mayoría personas adultas, que acudieron a verificar si efectivamente el personal municipal acudió a realizar su chamba.

No faltó, evidentemente, la solicitud de mayor vigilancia en el jardín y sus alrededores; los vecinos agradecieron el retiro de las personas en situación de calle pero pidieron se vigile que no regresen, y que en las calles se note la presencia policiaca para prevenir incidentes.

A doña Flor a veces sola, a veces con apoyo de algún familiar, se le ve barriendo o recogiendo la basura desperdigada por gente inconsciente que desdeña las papeleras estratégicamente instaladas en el área.

Este martes, no obstante, la protectora del jardín de Santiago tuvo ayudantes, muchos ayudantes.