Ana la fotógrafa de la vida y los recuerdos

Hija de un torero que amaba el arte y de una maestra que le impulso a dar clases; dejó la comodidad de un empleo en la burocracia, para buscar trascender en la fotografía documental. Hoy 11 años después compite por un premio en Roma Italia.

¿En que momento la fotografía trascendió el retrato de los abuelos, de los hijos, de una boda, del nacimiento de un niño, de un retrato familiar, de un padre, para convertirse en un instrumento de guerra, de propaganda de cambio social?. Tal vez en ninguno, simplemente son fotografías distintas, que corren paralelas a la existencia de los seres humanos, para llenar el vació que deja el tiempo, que se lleva a las cosas que ya no se pueden retratar y es necesario recordar, conocer o descubrir en una mirada, un gesto, una sonrisa, o en las lagrimas de quien ya no esta, o a quien nunca conocimos. Fotografías unas y otras, que se han vuelto indispensables para registrar los momentos de la vida personal, de la historia que con el paso del tiempo se subliman al observa cada detalle.

Cristian Robledo | El Sol de San Luis

La fotografía, esa técnica fantástica de la producción humana para detener la existencia, es para Ana Iglesias, el vehículo que la ha llevado a explorar los sentimiento de las personas y los ha hecho retrato, como los fotógrafos de antaño en el pueblo, solo que ella a diferencia del trabajo que se hace en la comodidad de un estudio, su amor al oficio la ha impulsado a prepararse y ahora a enseñar la fotografía de retrato, a países como Chile, España, Argentina y Nueva York para compartir su técnica y ahora a competir por un lugar en la Copa Mundial que se realizará en Roma Italia el próximo 2 de mayo, junto con un equipo de mexicanos, que por primera vez integra a mujeres, incluida una potosina (ella), para competir por un triunfo y traerlo a México.

La fotografía asegura, con el paso del tiempo se convierte en un legado, ahí radica su trascendencia, nos cuenta la historia de alguien más, de quien ya no está y se hace trascendente, en ese camino surge la capacitación constante, de la que reconoce ha seguido permanentemente, como una necesidad de abrevar más y mas conocimientos. Alumna del fotógrafo Luis Garban, dice “me enseñó a identificar como queremos ser recordados y llevarlo a la imagen”. ¿Quién podría pensar eso? Solo alguien que sabe su trascendencia. Por eso también el documental de familia que encierra todos los secretos que queremos trasmitir llegado el momento adecuado, de un niño, de un abuelo, de un parto, de un retrato, todo eso que solo capta el ojo humano, pero también una cámara en las manos de un fotógrafo. Gráficas que también encierran tristeza, historias que observamos en cada una de ellas y que van quedándose en la lente y nos ayudan a identificarnos con ellas. En ese camino dice, alguna vez retratando un parto, en el que una bebé no lloraba al nacer y todos en el quirófano temíamos lo peor, le hizo recordar su propia tragedia, de perder a su hija de 8 meses, sentimiento que estaba ahí guardado esperando y sanar, lo que ocurrió al escuchar el nombre de la bebe “Barbara”, igual al de su hija, situación que aunque contradictoria la ayudó a creer en la vida.

Cristian Robledo | El Sol de San Luis

La foto con la que competirá en Roma el próximo 2 de mayo, comenta, tiene una gran historia, es de una niña que tiene cáncer (leucemia) y en ella aparece su mamá, sin pelo en solidaridad con la pequeña. “Cuando la tome, fue algo muy fuerte” me invitaron a documentarlas, lo que hice profesionalmente, conviví con su familia, todos tatuados, era especial, pero siempre con un nudo en la garganta y sin embargo se hizo como se me pidió, ahora dice esa fotografía la lleve al concurso de la Copa Mundial de Fotografía en Roma, está ya entre las 10 finalistas y espero gane.

Reconoce que en su trayectoria, le debe mucho a sus papás, a su mamá (maestra) que le tenía mucha paciencia y de ella tomó la idea de enseñar fotografía y de su papá torero de profesión, que siempre le dijo “eres una artista y vas a llegar muy alto”, lo que siempre la impulso, pero murió cuando entro a la Universidad, dice hoy, a casi 11 años de haber iniciado esa aventura de convertirse en fotógrafa profesional, esta entre las 10 finalistas a nivel mundial con la foto de la niña y su madre y reitera “espero que gane”. México este año es el que mayor cantidad de competidores tiene y yo espero traer el premio a México y a San Luis Potosí, de donde me siento orgullosa.